La amarga ironía de la historia es que la única coalición formada después de casi tres meses de matanza de civiles en Gaza no es para obligar al rebelde régimen sionista a detener la guerra, sino es contra las fuerzas que han tratado de no ser indiferentes ante las acciones del régimen sionista y han buscado defender a la oprimida nación palestina.
De hecho, con la intensificación del asedio de los palestinos en la Franja de Gaza y la prohibición del envío de ayuda humanitaria a la población de esta franja por parte del régimen sionista, en contramedida, las Fuerzas Armadas de Yemen decidieron apoderarse de los barcos sionistas o los barcos que se dirigen a los territorios ocupados, y no otros barcos, y volverlos inseguros, de modo que el régimen sionista se vea obligado a abrir el camino para el envío de medicinas y alimentos al pueblo de Gaza.
Mientras que en la actualidad, partes del derecho internacional que se refieren a las leyes de la guerra, los derechos humanos y los derechos humanitarios no les importan a los países europeos y Estados Unidos, los derechos de los mares y la libertad de navegación son tan importantes para ellos que han recurrido a la creación de una coalición militar naval; Una coalición liderada por Estados Unidos que en los primeros días de su formación, se suponía que tendría 20 miembros y que se le sumarían más países, pero antes del inicio de su trabajo, algunos países como Francia, Italia, España y Australia se apartaron de ella.
Aunque estos países han anunciado que ellos mismos toman acciones para garantizar la seguridad del transporte marítimo en el mar Rojo, parece que las acciones del régimen sionista en Gaza son tan nefastas que pocos países están dispuestos a apoyarlo.
En tal situación, en la que la frágil alianza estadounidense en el mar Rojo se ha enfrentado a la rápida retirada de algunos países miembros, lo que de alguna manera se interpretó como la humillación de Estados Unidos, el 31 de diciembre de 2023, a través de un ataque aéreo a los barcos del Ejército yemení y matar a 10 guerreros marinos yemeníes que estaban apoderándose de un barco comercial, Estados Unidos intentó demostrar a sus socios infieles de la coalición, así como a los miembros del frente de Resistencia, que está decidido a apoyar al régimen sionista y garantizar la seguridad del mar Rojo. Tales acciones y posiciones han aumentado la posibilidad de la ampliación del alcance de la guerra en la región; Pero con la formación de la coalición estadounidense, ¿estamos avanzando hacia una guerra a gran escala?
En este contexto, hay algunos puntos que vale la pena reflexionar y que muestran que no habrá una guerra a gran escala; Una de las pruebas más importantes de esta afirmación es que contrariamente a lo que suelen hacer los países árabes del Golfo Pérsico, en la reciente coalición, excepto Baréin, los países árabes importantes se negaron a adherirse, o lo harán si se cumplen determinadas condiciones.
En particular, Arabia Saudí, que es el país árabe más importante del Golfo Pérsico, y sus decisiones pueden afectar a las acciones de otros países árabes, a pesar de que tiene un ejército equipado con armas estadounidenses y realiza el 36% de sus importaciones a través de los puertos del mar Rojo, ha anunciado que no está interesada en participar en la coalición estadounidense en el mar Rojo.
Además de la preocupación de las autoridades saudíes por la destrucción de su imagen y reputación en el mundo islámico por ayudar al régimen sionista, el porqué de la adopción de tal enfoque es que Riad ha dado grandes pasos en el último año para reducir la escalada y mejorar las relaciones con Irán y otros países miembros del Eje de la Resistencia, y busca específicamente un acuerdo con las fuerzas de Ansarolá para poner fin a la guerra con Yemen. Así que parece que las autoridades saudíes han llegado a la conclusión de que si se unen a la coalición estadounidense, sus esfuerzos del año pasado serán ineficaces y es probable que las ciudades saudíes vuelvan a ser el objetivo de los ataques de Saná. Además, el acuerdo de Pekín entre Irán y Arabia Saudí obliga a Teherán y Riad a no amenazar mutuamente en la región, y parece que en la situación actual Arabia Saudí no quiere dañar este acuerdo.
Egipto, que es uno de los otros países importantes del mundo árabe, y que desde el comienzo de la guerra de Gaza ha hecho muchos esfuerzos por ponerle fin, y recientemente presentó un plan de paz que no fue aceptado por ninguna parte, ha preferido no unirse a la coalición estadounidense de apoyo al régimen sionista.
La adopción de este enfoque por parte de los países importantes del mundo árabe es porque para muchos de ellos ha quedado claro que debido a la proximidad de las elecciones presidenciales, el presidente estadounidense necesita emprender acciones más allá de las fronteras, magnificar el poder de Estados Unidos en diferentes regiones, y formar alianzas internacionales, y por supuesto intenta mostrar que está comprometido a apoyar la seguridad del régimen sionista, pero que si aumentan conflictos y costos, como en el caso de Afganistán, preferirá dejar de apoyar a los países de la región.
En base a esto, parece que los países árabes han llegado a tal entendimiento de que para mantener su credibilidad y reputación, deben ayudar a mantener la paz y la seguridad en la región, no expandir los conflictos regionales y no enfrentarse con el frente de Resistencia. En tal situación, si los países árabes permanecen en la misma posición y Estados Unidos no logra atraerlos a ellos y a más países europeos a participar en la coalición, la posibilidad de que la guerra se extienda en la región se debilitará, y considerando la proximidad de las elecciones, Estados Unidos probablemente no buscará crear más tensión en el mar Rojo, y se verá obligado a dejar la coalición y buscar otras soluciones.
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