En una entrevista con el sitio web del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, diciendo que en 2018 Pashinián llegó al poder como un político pro occidental, Seyyed Mehdi Hosseini Taqiabad explicó: “Aunque él venció a Sarkissian con el lema de luchar contra la corrupción, también utilizó temas relacionados con Karabaj en su campaña política, lo que se había manifestado obviamente durante su presencia al frente de las protestas callejeras. En el pasado, Pashinián era uno de los colaboradores más cercanos del ex presidente Ter-Petrosyan, que también era pro occidental, y en la práctica ha demostrado que pertenece a un espectro político que, con una visión crítica, considera al país como rehén de la cuestión de Nagorno Karabaj”.
Al explicar el proceso que llevó a la devolución de Nagorno Karabaj y sus siete regiones circundantes a la República de Azerbaiyán, este experto en las cuestiones del Cáucaso describió la posición y el desempeño de Rusia ante estos acontecimientos como una excusa para que Pashinián se distanciara aún más de Moscú y reuniera a la opinión pública del país para avanzar en la política de acercamiento a Occidente.
La no participación de Pashinián en la reunión del Consejo de Jefes de Estado de la Comunidad de Estados Independientes en Bishkek y en la reunión de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva en Minsk en el otoño de este año y sus declaraciones, como ver errónea la dependencia de seguridad de Armenia únicamente de Rusia, una semana antes del ejercicio conjunto con Estados Unidos, y afirmar también que Armenia ya no tiene motivos de peso para continuar la cooperación en materia de seguridad con Rusia, al mismo tiempo que entregaron Karabaj a Bakú, son unos ejemplos de este proceso.
Este experto agregó: “Aunque Rusia tiene bajo control una parte importante de la infraestructura de Armenia, como ferrocarriles, gas y electricidad, y tiene una base militar en este país, en cuanto al comportamiento de Pashinián tiene muchas limitaciones. Moscú trata a Pashinián con cautela y Pashinián es consciente de estas consideraciones”.
Al recordar que Francia y Estados Unidos no brindaron apoyo práctico a Armenia durante el período en que este país perdió el control sobre Nagorno Karabaj y siete regiones circundantes, y solo en los últimos meses y después del control definitivo de Azerbaiyán sobre Karabaj y el importante desplazamiento de la población armenia de Karabaj, Washington ejerció cierta presión mediática y diplomática sobre Bakú, continuó: “Al mismo tiempo que se celebraba en Armenia un ejercicio militar de 10 días con la participación de 85 estadounidenses y 175 armenios a partir del 11 de septiembre de 2023, la República de Azerbaiyán restableció su soberanía sobre Nagorno Karabaj con una operación militar de un día el 19 de septiembre, y aunque según el gobierno de Bakú este era el plan B que realizó en lugar de cortar la conexión de la Provincia de Syunik con Armenia, lo cierto es que la no implementación del plan A no tenía nada que ver con la maniobra estadounidense y se debía a las líneas rojas anunciadas por la República Islámica de Irán. Teherán ha declarado que no aceptaría el cambio de fronteras internacionales y continua con la política de apoyar la integridad territorial de ambos vecinos del norte”.
Refiriéndose a la visita de funcionarios británicos al Cáucaso, considerados socios de larga data de Bakú, que han mostrado intenciones de promover la cooperación con Ereván, Hosseini afirmó: “La intensificación de las acciones de los occidentales, incluidos estadounidenses, británicos y franceses en el Cáucaso sur, centrándose en la reconciliación Bakú-Ereván, y en una situación en la que la presencia de Rusia en la región ha disminuido, ha coincidido con una especie de sinergia entre las políticas de Aliyev y Pashinián. Estos países buscan crear un eje occidental en la región, y ellos mismos quieren tomar la iniciativa”.
Al afirmar que hay intenciones para limitar a Rusia e Irán, este experto destacó la presentación de la denominada “Encrucijada de paz” por parte de Pashinián en el Foro Cinturón y Ruta de la Seda de Tiflis y la consideró una acción no constructiva por parte de Pashinián, y agregó: “Irán tiene una posición firme con respecto al corredor de Zangezur y su limitación geopolítica y no los soporta”.
Hosseini dijo que Pashinián ha perdido terreno y ha fracasado en el campo de batalla y en la diplomacia, y agregó: “Pashinián hizo reformas similares a las de Saakashvili en la lucha contra la corrupción, y podemos ver la resolución de algunos problemas económicos dentro de Armenia. Ahora se gasta dinero y se llevan a cabo construcciones sin precedentes en Armenia, lo que demuestra que hay financiación y apoyo en este país”.
Afirmó que hasta hace poco, Rusia veía la construcción del llamado corredor de Zangezur como una oportunidad para aprovecharlo en la situación actual en la que su ruta hacia Occidente está limitada por la guerra de Ucrania, y agregó: “Pero acaba de darse cuenta de la seria voluntad de Occidente de dominar esta ruta y de las preocupaciones de Teherán sobre los escenarios venideros. Moscú ha criticado abiertamente la política de Pashinián de distanciarse de las consideraciones militares y de seguridad centradas en Rusia y al mismo tiempo utilizar los beneficios económicos de ser miembro de la Unión Económica Euroasiática, y lo describe como sentarse al mismo tiempo en dos sillas por parte del gobierno de Ereván”.
Al decir que la tensión que hemos presenciado en las relaciones aparentes entre Washington y Bakú es diferente de lo que está sucediendo en las relaciones prácticas entre las dos partes, señaló la visita de James O’Brien, subsecretario de Estado estadounidense para Asuntos Europeos y Euroasiáticos a Bakú y el reciente acuerdo entre Bakú y Ereván.
Este experto en cuestiones del Cáucaso afirmó que el presidente ruso también tiene una perspectiva histórica de los acontecimientos, y explicó: “Un día después del golpe de Prigozhin, Putin dijo: ‘Este golpe nos recordó a lo que pasó en la Primera Guerra Mundial, estábamos al borde de la victoria, la revolución tuvo lugar y perdimos la victoria en la Primera Guerra Mundial…’. Por lo tanto, podemos imaginar que los rusos ven la situación actual en el Cáucaso como algo similar a la de 1918-1921, cuando en el vacío después del colapso del imperio zarista, se establecieron tres Estados; Bakú era el centro de influencia de los británicos y los Jóvenes Turcos, Ereván era el centro de la influencia de los franceses y Tiflis era el centro de influencia de los alemanes, pero los bolcheviques pronto anexaron los tres a su territorio y expulsaron a los europeos. Probablemente, Moscú cree que todavía mantiene la mayor parte del liderazgo en el Cáucaso; Pero no hay duda de que en medio de las intervenciones extranjeras, formatos como el tres más tres, que es una iniciativa de la República Islámica de Irán, son los más adecuados para solucionar los problemas del Cáucaso. Una iniciativa similar, en forma de iniciativa de Astana se convirtió en el formato más exitoso para resolver la crisis siria”.
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