En una entrevista con el sitio web del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, al referirse al acuerdo de Biden con el envío de misiles de largo alcance a Ucrania, Amir Ali Abolfath afirmó: “En primer lugar, Estados Unidos está tratando de evitar la derrota de Ucrania en esta guerra. Ucrania por sí sola no puede resistir ni oponerse a Rusia, y Zelenski ha afirmado explícitamente que fracasarán si no hay ayuda estadounidense”.

Dijo que la continuación de la guerra hasta el debilitamiento de la fuerza nacional de Rusia de manera que se elimine el riesgo de otra guerra contra sus vecinos es otro objetivo de Estados Unidos y continuó: “Estados Unidos está librando una especie de guerra controlada contra Rusia, siempre y cuando no conduzca a una guerra nuclear internacional. Gradualmente Washington proporciona más armas a Ucrania para evitar la derrota de este país y crear un tipo de equilibrio, sin participar directamente en la guerra”.

Al afirmar que las armas que Estados Unidos proporciona a Ucrania son más efectivas que en el pasado, pero no están a un nivel que puedan penetrar profundamente en suelo ruso, este analista de asuntos estadounidenses dijo: “Este sistema de misiles tácticos del Ejército estadounidense, denominado ATACMS, que tiene un alcance de 70 a más de 300 kilómetros, puede alcanzar territorio ruso y lanzar ataques contra territorio ruso desde las zonas bajo control del Ejército ucraniano y desde detrás de los frentes este y sur, pero parece que los ucranianos han prometido a Estados Unidos no atacar objetivos dentro del territorio ruso con estas armas”.

Abolfatah añadió: “No está claro si estos misiles se utilizarán para atacar a Rusia en el futuro o no. Actualmente se utilizan drones estadounidenses, pero si no se producen ataques generalizados en suelo ruso, estos nuevos sistemas no tienen la capacidad de tener un efecto decisivo con un alcance de 300 kilómetros”.

Dijo que Estados Unidos espera que continuando este proceso, finalmente obligue a Rusia a hacer concesiones a Ucrania en la mesa de negociaciones, y agregó: “Ucrania ha recibido bombas de racimo y armas de uranio empobrecido de Estados Unidos y espera conseguir más misiles, tanques y F-16. Paso a paso, vemos la entrega de cada vez más armas decisivas, pero Occidente está tratando de no entrar en una guerra nuclear”.

Este experto en asuntos estadounidenses destacó las advertencias de algunos funcionarios europeos sobre las consecuencias de la derrota de Rusia y la humillación de este país y dijo: “Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos y el militar estadounidense de más alto rango, afirmó que el objetivo del apoyo de Estados Unidos a Ucrania es debilitar a Rusia para que no veamos otro ataque de este país. Estados Unidos quiere poner a Rusia en un aislamiento político y en una debilidad económica y militar”.

Abolfatah afirmó que Estados Unidos no ha logrado este objetivo porque Rusia es una gran potencia militar y una superpotencia de recursos naturales y agricultura, y continuó: “Rusia tiene un buen puesto en la economía mundial y es el primer país en gas y cereales del mundo, el segundo en petróleo del mundo, y tiene fertilizantes químicos y todo tipo de recursos minerales y naturales que no permiten que las sanciones sean efectivas. Mientras tanto, Europa sufre por la guerra y por su prolongación. Aunque Estados Unidos no está interesado en debilitar a sus aliados, en la situación actual esta cuestión no es una prioridad para este país”.

Refiriéndose a las declaraciones y preocupaciones de los funcionarios europeos de que Ucrania debería finalmente obtener una garantía de seguridad de Occidente, pero permanecer neutral y servir de puente entre Rusia y Europa, enfatizó: “Mientras debilita a Europa, Estados Unidos se beneficia de la guerra vendiendo armas y suministrando gas natural a precios más altos. Washington cree que si Rusia gana esta guerra, la democracia liberal, como el orden occidental después de la Segunda Guerra Mundial, cambiará fundamentalmente. Esta amenaza es más grave con la alianza entre Rusia y China”.

Abolfath continuó: “La prioridad de Estados Unidos es contener a Rusia y arrancarle los dientes a este oso, incluso a costa de destruir la nación ucraniana o debilitar a Europa. De hecho, la guerra principal es por la supervivencia, y Estados Unidos está dispuesto a pagar altos costos por ella. Es cierto que han gastado cien mil millones de dólares en ella, pero de hecho Europa paga los costos de la guerra, y los pueblos de Europa, ucranianos y no ucranianos, están muriendo”.

Recordando que Estados Unidos está menos dañado debido a la distancia del campo de batalla y también debido a la relativa autosuficiencia en muchos campos importantes, este analista de asuntos estadounidenses señaló: “La continuación de esta guerra depende del poder de ambos bandos. Estados Unidos no sufrirá por su continuación, y Rusia también ha demostrado que las sanciones no la han perjudicado tanto como Occidente esperaba. Los contraataques de los ucranianos no tuvieron el resultado deseado, y las armas que proporcionaron a Ucrania, aunque lograron mantener las posiciones de los ucranianos e impedir el avance significativo de los rusos, pero no hicieron retroceder al Ejército ruso. En esta situación, existen dudas acerca de la recuperación de los territorios ucranianos”.

Al final afirmó: “Los contraataques ucranianos comenzaron en primavera y, aunque nos adentramos en el otoño, no han tenido el resultado deseado. Quizás en la primavera de 2024 habrá un contraataque y el Ejército ucraniano estará lo suficientemente equipado para poder avanzar para entonces, pero los rusos definitivamente fortalecerán sus posiciones defensivas. Por este motivo, actualmente no hay perspectivas de que la guerra termine. Uno de los antiguos asesores de Zelenski dijo que esta guerra durará unos 10 años más, hasta finales de 2034. De todos modos, esta no es una guerra que vaya a terminar pronto”.