La Casa Blanca les ha pedido a Arabia Saudí y el régimen sionista, que han tenido relaciones no oficiales y ocultas durante años, que hagan públicas estas relaciones y las formalicen lo antes posible.

Biden y Netanyahu no se llevan bien a nivel interno por razones obvias, cuyos detalles se publican a diario en los medios de comunicación. Por ello y con el objetivo de fortalecer sus posiciones internas y externas, ambos hablan de la importancia y necesidad de la formalización de las relaciones bilaterales entre el régimen sionista y Arabia Saudí.

La normalización de la relación entre el régimen sionista y Arabia Saudí es el punto fuerte de Biden y los demócratas en las próximas elecciones presidenciales. Esta cuestión también podría ser muy eficaz para influir en el poderoso lobby judío en las elecciones de 2024 (en las que es más probable que apoyen a los republicanos) a favor de los demócratas.

Mientras tanto, para Netanyahu, que enfrenta complejas crisis políticas y de seguridad, el compromiso con Arabia Saudí se considera un logro interno y regional en medio de las crisis de este régimen.

En cuanto a las dimensiones y perspectivas de la formalización de las relaciones entre Riad y Tel Aviv, hay puntos a considerar; A continuación abordaremos los más importantes:

1- Los beneficios y costos resultantes de las políticas exteriores de los países varían según su posición a nivel regional y mundial. Arabia Saudí no es una excepción; El coste de normalizar y formalizar las relaciones bilaterales entre Riad y Tel Aviv para Arabia Saudí, conocida como un importante país árabe e islámico, es mayor que el de otros países más pequeños.

En cuestiones importantes de política exterior, la sociedad y la opinión pública interna son una variable importante. Si la opinión pública no apoya una política y se opone a ella, dicha política definitivamente será costosa y un desafío para el gobierno a largo plazo. Esta cuestión también es válida para Arabia Saudí. Según encuestas realizadas por centros occidentales, alrededor del 85% del pueblo saudí está en contra de la relación con el régimen sionista.

2- Otra cuestión importante es que las partes aún no se han puesto de acuerdo en ninguno de los temas, ni siquiera mínimamente. Por ejemplo, las condiciones y demandas que Arabia Saudí tiene para normalizar las relaciones con el régimen sionista son estrictas y en gran medida incumplibles.

Garantías de seguridad estadounidenses de alto nivel (similares a las de la OTAN) a Riad, apoyo al programa nuclear civil, acceso a las armas estadounidenses más avanzadas y reducir las restricciones a la venta de armas a Arabia Saudí, son las nuevas condiciones de Riad a este respecto, con las que el Congreso estadounidense, y también los demócratas no están de acuerdo, al menos en la fase actual y debido a las cuestiones de derechos humanos, la guerra en Yemen y no llevarse bien con Bin Salmán . Además, las propuestas de Bin Salmán van más allá de los compromisos exteriores del gobierno estadounidense con países como Arabia Saudí.

Esto ocurre mientras que el régimen sionista nunca ha aceptado el establecimiento de un reactor nuclear en Arabia Saudí por temor a que otros países árabes hagan una solicitud similar. La nuclearización de los países árabes, incluso los que han normalizado sus relaciones con el régimen sionista, es una amenaza estratégica y de seguridad a largo plazo para el régimen sionista.

3- Riad se considera comprometido con la Iniciativa de Paz Árabe que propuso en 2002. Según esta Iniciativa, el reconocimiento del régimen sionista está sujeto a la formación de dos estados, según las resoluciones de la ONU y la Iniciativa de Paz Árabe. Según uno de sus artículos, el régimen israelí debe retirarse completamente de los territorios palestinos que ha ocupado desde 1967.

Considerando que el régimen sionista no está de acuerdo con la Iniciativa de Paz Árabe y no la acepta, es natural que la formalización de las relaciones entre Riad y Tel Aviv se enfrente a un duro obstáculo desde este punto de vista.

4- En cuanto a la formalización de las relaciones con el régimen sionista, la República Islámica de Irán es una variable importante que Arabia Saudí, especialmente en la etapa actual, no puede ignorar. Arabia Saudí y la República Islámica de Irán están mejorando sus relaciones y en los últimos días han reabierto centros diplomáticos y así han reanudado las relaciones diplomáticas.

Considerando que la mejora de las relaciones con la República Islámica de Irán es de importancia estratégica y de largo plazo para Arabia Saudí, no puede ignorar las consecuencias negativas de esta acción sobre sus relaciones con Irán.

5- Durante los últimos meses, el ambiente de la región está cambiando, y este cambio tiene dos aspectos importantes. Primero, el declive de las alianzas bipolares como las alianzas árabe-suníes; Segundo, la reducción del papel y la importancia del régimen sionista en la región. En tal situación, formalizar o establecer una relación con el régimen sionista es un error de cálculo y un error estratégico que puede causar muchos problemas en el futuro.

6- Aunque Arabia Saudí tenga un incentivo para llegar a un acuerdo con el régimen sionista, esto nunca sucederá en la etapa actual; Porque, en primer lugar el régimen sionista tiene un gabinete de extrema derecha, cuya política principal es el desarrollo de asentamientos, la violación de las regulaciones de la mezquita de Al-Aqsa y el extremismo, a las que Riad se opone firmemente. En segundo lugar, el régimen sionista se enfrenta a las crisis complejas desde dentro y desde fuera, lo que ha hecho que las perspectivas de establecer relaciones diplomáticas sean extremadamente confusas. En tercer lugar, lo que ha ganado fuerza especialmente en los últimos dos años en la región es la resistencia y la autosuficiencia, y no depender de los extranjeros. Además, el proyecto de normalización ha encontrado muchos opositores y de hecho está fracasando.

Al final, cabe enfatizar que la normalización de las relaciones con Arabia Saudí no es un proceso fácil, contrariamente a los cálculos e imaginaciones que existen en los círculos sionistas y estadounidenses, y enfrenta importantes obstáculos internos, regionales y extra-regionales. Arabia Saudí no es Emiratos Árabes Unidos, Bahréin o Magreb; Por tanto, la realización del proyecto de normalización de las relaciones políticas entre el régimen sionista y Arabia Saudí está lejos de ser alcanzable y no tiene una perspectiva clara.