Aunque se están produciendo nuevos cambios geopolíticos y se están revisando los planes de Chipre y el régimen israelí para construir otro gasoducto para transferir gas israelí a Chipre y de allí a Europa después de su conversión a GNL, no obstante, el consorcio insiste en la importancia estratégica del gran proyecto EastMed.
EastMed está diseñado para transferir 20 mil millones de metros cúbicos de gas natural por año, lo que transferirá recursos del Mediterráneo oriental (régimen de Israel, Chipre y posiblemente Egipto) a Grecia y de Grecia a Italia y de allí a otros países europeos. Este proyecto, que actualmente se está diseñando, transportará gas natural desde las reservas de gas del mar Levantino a Grecia y de forma continua con los gasoductos Poseidon a Italia y otras regiones europeas. La longitud de este gasoducto será de unos 1900 km y la profundidad será de 3 km. El acuerdo fue firmado en Atenas el 2 de enero de 2020 por los líderes de Grecia, Chipre y el régimen israelí, y el 19 de julio de 2020, Israel ratificó oficialmente el acuerdo, y permitió a los países signatarios avanzar los planes para completar la tubería para 2025.
En el informe anual de la empresa Depa, se destaca que el proyecto del gasoducto EastMed es actualmente el mejor proyecto para transferir los recursos de gas natural del Mediterráneo oriental a la red europea de gas natural. Con el apoyo de los gobiernos de Chipre, Grecia e Italia, el proyecto EastMed fue incluido en la lista de Proyectos de Interés Común europeos (PCI) en 2015 y luego se unió al plan decenal de desarrollo de la red (TYNDP). Este proyecto puede beneficiarse de instrumentos financieros relacionados. Los estudios preliminares de ingeniería y la preparación del paquete de ingeniería del proyecto EastMed están actualmente en curso y se espera que estén terminados a finales de este año. El consorcio Poseidon hará todo lo posible para completar los estudios de ingeniería para fines de 2023 con el objetivo de implementar las condiciones previas necesarias para tomar la decisión final de inversión.
Los defensores del proyecto EastMed, incluida Grecia, creen que este proyecto tiene una importancia estratégica para la Unión Europea y se enmarca en la estrategia de la Unión de diversificar las fuentes y rutas de energía. El gasoducto EastMed que está incluido en la lista de Proyectos de Interés Común europeos (PCI) de la Comisión Europea, se encuentra entre los proyectos de infraestructura transfronterizos clave, y conecta los sistemas energéticos de los países de la Unión Europea. Utilizar la capacidad de los recursos de gas del Mediterráneo oriental es una de las opciones de Europa para reemplazar el gas ruso. Este plan puede ser una alternativa sostenible para reducir la dependencia de Europa del gas ruso y mejorar la seguridad energética de este continente.
Una de las críticas más importantes al proyecto es su complejidad técnica (más de 3000 metros de profundidad) y el largo plazo de construcción. Por lo tanto, este proyecto no será útil para reducir la dependencia de Moscú a corto plazo. Además, las valoraciones existentes sobre la disminución de la demanda de gas natural en los próximos años en Europa y las consecuencias ambientales del proyecto son otros factores disuasorios para la ejecución de una inversión tan importante en el plan EastMed.
El año pasado, Victoria Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, en su entrevista con el periódico conservador griego Kathimerini, enfatizó la oposición de Estados Unidos a la construcción del gasoducto EastMed y anunció oficialmente que Estados Unidos apoya la opción de transferencia de GNL en lugar de construir un gasoducto y pidió a Grecia, Egipto, Chipre, Turquía e Israel que cooperen en este campo.
Según ella: “No hace falta esperar diez años y gastar miles de millones de dólares en este proyecto. Necesitamos gas ahora y debemos usarlo hoy como combustible para un futuro verde. No queremos tuberías en diez años. Deberíamos ser verdes en ese momento. Por lo tanto, necesitamos usar GNL y conectar las redes eléctricas lo antes posible. Europa necesita fuentes alternativas, pero el gasoducto EastMed no es económicamente sostenible para transportar gas del Mediterráneo oriental a través de Israel, Chipre y Grecia. La idea de construir una tubería muy grande en aguas muy profundas que llevará diez años es muy costosa y no es económicamente viable y llevará mucho tiempo”.
El Mediterráneo oriental es una región políticamente fragmentada, lo que limita la capacidad de la región como centro de suministro de gas. Todavía hay diferencias entre Turquía y Chipre. Turquía ha interrumpido las actividades de exploración de las compañías petroleras internacionales en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Chipre debido a disputas fronterizas marítimas.
Considerando sus actividades de exploración de gas en el Mediterráneo oriental y la competencia que tiene con los países mediterráneos por la explotación de los recursos energéticos de esta región, Chipre está tratando de llamar la atención de las grandes potencias sobre estos recursos energéticos aprovechando la crisis energética en Europa.
En diciembre de 2019, luego de que la situación se complicara, Turquía y Libia llegaron a un acuerdo marítimo que establecería una ZEE desde la costa sur de Turquía hasta la costa noreste de Libia. Este acuerdo fue fuertemente condenado por Grecia y Chipre. Paralelamente, Israel y Egipto expresaron su seria preocupación por las consecuencias de este proyecto para la estabilidad de la región.
Turquía es uno de los principales opositores a este plan y afirma que este país fue excluido deliberadamente de este proyecto. Turquía tiene desacuerdos sobre las fronteras marítimas con Chipre y cree que no debe queda fuera de los beneficios económicos del proyecto y ha repetido reiteradas veces que la transferencia de gas natural desde el Mediterráneo oriental a Europa solo es posible a través del territorio turco y no es posible sin la participación de Turquía. Grecia llama al proyecto un escudo protector contra las provocaciones turcas.
Siguen existiendo numerosos desafíos respecto al gasoducto del Mediterráneo oriental (EastMed). Esta lista de desafíos fue larga desde el principio y ha aumentado el número de actores gubernamentales con intereses opuestos.
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