En una entrevista con el sitio web del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, al señalar la intensificación de las políticas y posiciones británicas contra China, el Dr. Abbas Sarvestani dijo: “Los dos factores opuestos de ‘las atracciones económicas’ y ‘los desafíos de seguridad’ siempre han influido en las relaciones entre los países europeos y China, y por esta razón, los países europeos están tratando de adoptar una política pragmática hacia China; Porque, por un lado, China y su ascenso se consideran la mayor preocupación y desafío para el futuro del Orden Mundial y, por otro lado, no pueden ignorar el papel destacado de China en la cadena de suministro global”.
Afirmó que utilizando la política del palo y la zanahoria contra China, el Reino Unido y Europa están tratando de evitar que China se una a Rusia y forme un bloque oriental unido y agregó: “Las relaciones entre el Reino Unido y China han experimentado complicaciones significativas en los últimos años debido a la interdependencia económica, las diferencias políticas, las preocupaciones sobre los derechos humanos, la seguridad nacional, la seguridad cibernética en relación con los gigantes tecnológicos, las barreras de acceso al mercado y los métodos comerciales injustos. Sin embargo, crear una confluencia de intereses económicos, consideraciones de seguridad nacional y un delicado equilibrio entre estas preocupaciones, junto con la necesidad de mantener un diálogo constructivo, es el enfoque más importante de la nueva era de la política exterior pragmática del Reino Unido hacia China”.
Sarvestani enfatizó: “Las interacciones económicas entre el Reino Unido y China han crecido exponencialmente en las últimas dos décadas, y el gobierno británico busca expandir aún más el comercio y la inversión bilaterales”.
Refiriéndose a la declaración del primer ministro británico de que China es el mayor desafío para la seguridad y la prosperidad globales, este experto en temas europeos dijo: “De acuerdo con esta política pragmática, la reducción de riesgos y la cooperación económica con este país son necesarias para lograr los grandes objetivos de la política exterior británica. Cabe señalar que estas posiciones reflejan las direcciones de la política exterior británica revisada para un mundo inestable, que se publicó en un documento en marzo de este año”.
Explicó: “Según el documento de política exterior integral revisada del Reino Unido, aunque el problema de Ucrania y el ataque de Rusia a este país es el desafío de seguridad más importante para el Reino Unido a corto plazo, este documento estratégico de política exterior ha redoblado el enfoque del Reino Unido en la región del Indo-Pacífico y afirma que las crecientes tensiones en esta región podrían tener más consecuencias globales que el conflicto en Ucrania. Eso sí, Sunak había considerado previamente a China como un desafío decisivo para el orden internacional en materia de seguridad, cuyas políticas agresivas tienen múltiples consecuencias en todos los ámbitos de la política del gobierno británico”.
Sarvestani nombró al Brexit como una de las razones principales de la publicación de la nueva estrategia de política exterior británica y agregó: “En la nueva dirección de la política exterior de este país, hay muy pocas referencias al bloque de la Unión Europea, y el Reino Unido busca revivir la unidad anglosajona frente a la Unión Europea. Por eso, en medio de este documento, menciona a Estados Unidos como el aliado y socio estratégico más importante del Reino Unido”.
Al enfatizar que todo el enfoque de la nueva política exterior británica está en el Océano Indo-Pacífico, afirmó: “Esta región alberga alrededor de la mitad de la población mundial, representa el 40% del producto interno bruto mundial, es el motor del crecimiento económico mundial y, al mismo tiempo, es el principal centro de competencia geopolítica con varios puntos propensos a conflictos”.
Según este analista de temas europeos, la nueva dirección de la política exterior británica y su decisión de aumentar las ojivas nucleares y enviar el portaaviones Queen Elizabeth al mar de China Meridional, son decepcionantes para China y no son del gusto de la Unión Europea, y esta Unión considera que esta nueva estrategia de su antiguo socio, es contraria a los principios del multilateralismo, la estrategia de distensión y su independencia estratégica. Sin embargo, en línea con la política de diversificación de sus relaciones comerciales y política exterior, la Unión Europea siempre ha acogido con beneplácito mantener diálogos con China y está en contra de la escalada de tensiones y el uso de herramientas duras para controlar esta potencia global”.
Sarvestani consideró el nuevo documento de política exterior británica como el último intento de Londres de permanecer entre las grandes potencias y mantener la influencia en el Nuevo Orden Mundial y dijo: “La salida del Reino Unido de la Unión Europea, el aumento de la tensión entre Rusia y Occidente, la guerra en Ucrania y el ascenso de China y su papel influyente en todas partes del mundo llevaron a los políticos británicos a la conclusión de que ya no pueden convencer a los países de que no cooperen con el Bloque del Este. Estas nuevas posiciones del Reino Unido son en su mayoría expresiones de miedo y preocupación por perder su lugar en el Nuevo Orden Mundial”.
Añadió: “Las nuevas ambiciones del Reino Unido en política exterior y de defensa, que han comprometido al gobierno a aumentar el gasto en defensa hasta el 2,2% del PIB, pueden enfrentar a este país con el desafío del suministro de recursos de defensa y aumentar el descontento económico y las huelgas”.
Al decir que estas posiciones del Reino Unido no son nuevas y dependiendo de quien esté en el poder en Londres, siempre ha tenido un patrón sinusoidal en las relaciones con Pekín, Sarvestani aclaró: “En la era de Sunak, hemos visto el lado oscuro de las relaciones bilaterales. Los dos países lograron una era dorada de relaciones durante la era de David Cameron y él creía que podían usar la palanca política para ayudar a mejorar el comercio y la inversión”.
Recordó: “En este período oscuro de relaciones, teniendo en cuenta las restricciones del Reino Unido debido al ataque de Rusia a Ucrania, Londres, que tiene un gran déficit comercial, necesita la inversión china en los sectores de producción, servicios, bienes y energía. Por lo tanto la dura postura británica contra China está en línea con la misma vieja política de usar palancas políticas para presionar con el objetivo de obtener concesiones comerciales y económicas. El Reino Unido, ni a nivel nacional ni internacional, ya no puede influir en las relaciones de poder a nivel mundial y trata de evitar un mayor deterioro de su posición mundial manteniendo su alianza estratégica con los Estados Unidos”.
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