Recientemente, CBS News anunció que Estados Unidos quiere enviar 1500 tropas de la Guardia Nacional del Ejército de Nueva Jersey a Irak y Siria, en el marco de la llamada lucha contra ISIS. El envío de estas fuerzas, que se considera el mayor despliegue de fuerzas de este Estado en la región desde 2008, se enmarca en la llamada Operación Resolución Inherente de Estados Unidos contra ISIS, que se lleva a cabo con la afirmación de luchar contra ISIS y defender las bases estadounidenses.
El aumento de las fuerzas militares estadounidenses en Irak no solo va en contra de la resolución del Parlamento iraquí, sino que es una violación de la soberanía nacional y la integridad territorial de Irak. Cabe mencionar que el 5 de enero de 2020, el Parlamento iraquí, en una reunión sobre la expulsión de las tropas estadounidenses del país, aprobó por unanimidad un plan según el cual todas las tropas estadounidenses deben abandonar el país.
Hasta el momento, el incumplimiento del gobierno estadounidense ha sido el principal obstáculo para la implementación de la dicha resolución. Pero este incumplimiento de la Casa Blanca nunca significa dejar de lado la resolución del Parlamento iraquí, y en Irak todavía se plantea la exigencia de que las fuerzas estadounidenses abandonen el país lo antes posible.
En este sentido, el jueves 20 de enero de 2024, el primer ministro de Irak destacó que teniendo en cuenta el desarrollo de las capacidades de sus fuerzas de seguridad, las justificaciones para la continuación de la presencia de la coalición han desaparecido, y afirmó: “Es necesario poner fin a la misión de la coalición para mantener buenas relaciones entre Irak y los Estados miembros de esta coalición”.
Se estima que el número de tropas estadounidenses en Irak es de unas 2500 personas, que están estacionadas en diferentes partes del país, especialmente en Bagdad y el norte de Irak.
En cuanto a los objetivos de aumentar las fuerzas militares estadounidenses en Irak, se pueden identificar dos categorías: objetivos declarados y aparentes, y objetivos prácticos y reales.
Objetivos declarados: Se pueden conocer estos objetivos a través de las declaraciones que los funcionarios estadounidenses suelen hacer para justificar sus acciones militares en Irak. Luchar contra ISIS en el marco de la Operación Resolución Inherente, que se implementa en Irak, Siria y Libia, defender las bases estadounidenses y ayudar y asesorar a las fuerzas iraquíes y cuestiones similares se encuentran entre los objetivos declarados.
Objetivos reales: El hecho es que fortalecer la presencia militar estadounidense en Irak y Siria, contrariamente a lo que declara el gobierno estadounidense, tiene objetivos sospechosos. Aunque Estados Unidos afirma que la lucha contra ISIS es uno de sus principales objetivos, según un informe publicado recientemente por el Departamento de Estado de Estados Unidos, los ataques de ISIS en 2023 han disminuido un 80% en Irak y un 68% en Siria en comparación con 2022.
Por lo tanto, en una situación en la que ISIS ya no es una amenaza para Irak e incluso para Siria, ha perdido gran parte de su existencia, y la tendencia de sus amenazas está disminuyendo, ¿existe realmente la necesidad de la presencia de la llamada coalición internacional liderada por Estados Unidos en Irak?
El Ejército y las fuerzas populares, especialmente las Fuerzas de Movilización Popular en Irak, pueden garantizar bien la seguridad de este país, y Bagdad también ha tomado buenas medidas en los últimos años en términos de proporcionar equipo militar y fortalecer su infraestructura de seguridad. Por lo tanto, es natural que el fortalecimiento de la presencia militar estadounidense en Irak no conduzca más que a la expansión de la inseguridad y la inestabilidad.
Hoy en día, el nivel más alto de inseguridad e inestabilidad en Irak se da en las zonas donde están presentes las tropas y bases estadounidenses. Este número muestra que Estados Unidos, contrariamente a sus afirmaciones, es la causa principal de la perturbación en los procesos políticos, de seguridad e incluso económicos de Irak y Siria.
Aumentando su presencia militar en Irak y Siria, que también es beneficioso para los cárteles de armas, la Casa Blanca persigue objetivos importantes. Mantener la influencia en los países objetivo, especialmente Irak y Siria, debilitar el frente de Resistencia (en el que Irak y Siria son dos países pioneros), el crecimiento del mercado de armas, la explotación de recursos y campos de petróleo y gas, la reactivación de proyectos separatistas, el chantaje de los países y crear inseguridad en la región, son algunos de sus verdaderos objetivos.
Además, el gobierno de Estados Unidos ha convertido los recientes acontecimientos en una oportunidad para fortalecer su presencia militar en la región. La guerra en Gaza y los recientes sucesos en el mar Rojo muestran claramente que los movimientos militares y de seguridad de Estados Unidos en la región tienen dimensiones y objetivos más allá de la lucha contra ISIS y su erradicación.
Por tanto, es bastante obvio que el esfuerzo de la administración Biden por aumentar la presencia militar en Irak y Siria y, junto con ella, los ataques injustificados contra Yemen, van en la dirección de la vieja y conocida política estadounidense que es desestabilizar la región. La inseguridad y la inestabilidad son el “centro de gravedad” de las estrategias de Estados Unidos en la región, cuyo objetivo es facilitar el proceso de aprovechamiento político, económico, de seguridad y militar. De hecho, la naturaleza de las estrategias regionales estadounidenses es tal que funcionan mejor en un entorno inseguro, inestable y militarista que en un entorno estable.
Por lo tanto, se espera que los gobiernos y naciones árabes, especialmente los grupos y corrientes políticos en Irak, que a veces tienen diferencias respecto a la presencia militar estadounidense en su país, estén atentos a este respecto, porque la menor consecuencia del fortalecimiento de la presencia militar estadounidense en cualquiera de los países árabes es la expansión de la inestabilidad y la inseguridad, el aumento de las amenazas contra la seguridad nacional y, como resultado, la perturbación en los planes y proyectos de desarrollo económico y político.
0 comentarios