En una entrevista con el sitio web del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, el Dr. Mahdi Ashna destacó que una de las consecuencias más importantes de la Operación Tormenta Al-Aqsa fue su impacto en los Acuerdos de Abraham y en la perspectiva de normalización de relaciones de Arabia Saudí con el régimen sionista y dijo: “Antes de esta operación, Estados Unidos y Arabia Saudí estaban llevando a cabo negociaciones para normalizar las relaciones de este país árabe con el régimen sionista. Estados Unidos pensaba que firmando un acuerdo defensivo y de seguridad con Arabia Saudí, podría avanzar en la normalización de relaciones entre el régimen israelí y Arabia Saudí y evitar que este país se acercara a China, y así fortalecer su control sobre los acontecimientos regionales”.
Añadió: “Con esta operación, las negociaciones han sido suspendidas y la atmósfera bipolar creada a causa de la guerra no permite que el proceso de normalización avance. Además, las relaciones del régimen sionista con países con los que ya ha normalizado las relaciones, como Baréin y Jordania, están en peligro. De hecho, se ha asestado un duro golpe al proceso de normalización, lo que se manifestó en la suspensión de las negociaciones entre Arabia Saudí, Estados Unidos y el régimen sionista”.
Al afirmar que no parece que el proyecto de normalización tenga éxito a corto plazo, este experto en las cuestiones del régimen sionista continuó: “El gobierno de Biden contaba con el diálogo entre Arabia Saudí y el régimen sionista, y calificaba la normalización de sus relaciones como un avance para el reconocimiento del régimen sionista en la región, un golpe a la influencia de Irán en la región y un logro para sí mismo en las próximas elecciones presidenciales. Pero con esta operación no se puede cumplir ninguna de estas exigencias”.
Ashna afirmó que el enfoque de los países árabes hacia la normalización de las relaciones con el régimen sionista se debía a varios supuestos que con la realización de esta operación quedó claro que eran erróneos y explicó: “La primera idea errónea fue que tras la normalización, Israel estaría dispuesto a aceptar la solución de dos Estados y reconocer algunos derechos de los palestinos. Pero ahora los países árabes saben que estaban equivocados. Ellos imaginaban que su enfoque interactivo podría ayudar a garantizar los derechos de los palestinos y así Israel adoptaría un enfoque flexible hacia los palestinos”.
Ashna dijo que la segunda idea errónea de los países árabes era pensar que Israel es invencible, y por tanto se veían obligados a llegar a un acuerdo con este régimen como una realidad existente, lo que condujo a la normalización de sus relaciones. Este experto continuó: “Ellos pensaban que no solo tenían que lidiar con Israel, sino que incluso podían confiar en él para que proporcionara su seguridad. Algunos países árabes indicaban que Irán es una gran amenaza y que podían unirse al régimen israelí para enfrentarla. La Operación Tormenta Al-Aqsa también rompió esta idea”.
Este experto en las cuestiones del régimen sionista agregó: “El progreso del proceso de normalización se basaba, en gran medida, en el poder disuasivo que estos países imaginaban para el régimen sionista. Ahora esta percepción se ha dañado y hasta cierto punto ha reducido su motivación para normalizar las relaciones. Volver al proceso de normalización requiere que se restablezca el sentimiento de invencibilidad y poder disuasivo del régimen sionista, lo que no parece posible en el corto plazo”.
Ashna afirmó que los países árabes pensaban que al avanzar en el proceso de normalización, obtendrían el apoyo político y de seguridad de Estados Unidos y dijo: “Esta operación demostró que este apoyo no es más que un espejismo y, aunque sea real, no está claro hasta qué punto les puede servir. El futuro de esta guerra dejará en claro si el valor del apoyo político y de seguridad de Estados Unidos es tal que estos países dejen de lado los derechos e intereses de los palestinos o no. Por supuesto, hasta ahora la realidad ha demostrado que el apoyo político y de seguridad de Estados Unidos no será muy beneficioso para los países árabes”.
Ashna agregó: “Otra idea errónea de los países árabes fue que la cuestión de Palestina ha perdido su importancia y sensibilidad para la opinión pública del mundo árabe e islámico, y si normalizan las relaciones con el régimen sionista, no pasaría nada. La Tormenta al-Aqsa demostró que esta idea también es errónea. El gran volumen de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por el régimen sionista en Gaza, mostró la incapacidad de este régimen para restaurar la credibilidad de su poder disuasivo, despertó la opinión pública y aclaró que esta idea era errónea, de modo que prestar atención a la opinión pública se ha convertido en un factor importante en los cálculos de los países que siguen el proceso de normalización, especialmente Arabia Saudí”.
Ashna destacó la oposición al proceso de normalización y la intensificación de la atmósfera antioccidental, especialmente en las sociedades islámicas, y afirmó: “Aunque la situación final depende en gran medida del curso de la guerra, pero lo de que estas ideas han sido erróneas no cambiará en el corto plazo. Si el régimen sionista es capaz de eliminar el poder político y militar de Hamás y la Yihad Islámica en Gaza, dar el control de Gaza a la Autoridad Nacional Palestina y firmar un acuerdo unilateral con ellos, desarmar a Palestina y mantenerla en un territorio limitado, es posible que algunos países árabes, bajo la influencia de este duro golpe que el régimen sionista y Estados Unidos infligen a Palestina, se unan a este acuerdo e intenten hacer avanzar el proceso de normalización, aunque la realidad de la guerra no permitirá el avance de este proceso”.
Al final Ashna dijo: “Estados Unidos imagina que eliminando los grupos de Resistencia, puede encontrar una solución para la cuestión palestina. Con la normalización, Estados Unidos busca implementar planes geopolíticos, incluido el plan del nuevo Corredor Árabe-Mediterráneo, y para resolver sus desafíos de seguridad, cree que ahora es el momento de eliminar a Hamás. Mediante compromisos unilaterales con algunos grupos palestinos, Estados Unidos garantiza la realización de sus planes geopolíticos por varias décadas. Pero además de que las realidades del campo de batalla no permiten estas acciones y el régimen sionista no es capaz de eliminar la Resistencia en Gaza, otros grupos de Resistencia tampoco lo permitirán”.
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