Estos dos países cuyas relaciones se han roto desde la victoria de la Revolución Islámica, pueden volver a tomar medidas para cooperar entre sí a través de la mediación de Bagdad. Pero, ¿qué importancia tienen Irán, la región de Asia Occidental y el Golfo Pérsico para Egipto?, y ¿por qué este país de África del Norte ha expresado su deseo de mejorar las relaciones con Irán, poco tiempo después de la mejora de las relaciones entre Irán y Arabia Saudí?
Parece que varias razones han influido en el cambio del enfoque de Egipto, algunas de las cuales se mencionan aquí:
1- Factores económicos
Egipto es un país con una población de más de 104 millones, cuyos sectores industriales y agrícolas sufren el problema del subdesarrollo, y la mayor parte de sus ingresos en divisas se obtienen de los sectores servicios y de turismo. Como resultado, la epidemia de la COVID y la crisis de Ucrania fueron dos crisis graves que afectaron fundamentalmente a la enferma economía de Egipto. La epidemia de la COVID provocó una disminución sin precedentes en los ingresos del turismo en Egipto.
Además, la guerra entre Rusia y Ucrania, que suministran alrededor del 30% del trigo mundial, ha puesto a Egipto, como el mayor importador de trigo, en una situación difícil. En base a esto, parece que atraer capital extranjero y más turistas se encuentran entre las soluciones que puedan salvar la economía de Egipto del colapso. Por lo tanto, el desarrollo de las relaciones con los países del Golfo Pérsico, incluido Irán, está en la agenda de este país.
2- Factores políticos y de seguridad
Durante los últimos cuarenta años, temas como Palestina y los acuerdos de Camp David a nivel regional, así como las diferentes opiniones de los dos países sobre la estructura que rige el sistema internacional y cómo tratar con las grandes potencias (la occidentalización de Egipto frente al relativo antioccidentalismo de Irán) a nivel internacional, han estado entre los factores que han causado la divergencia entre estos dos países. Aunque muchas de estas diferencias han persistido hasta la etapa actual e incluso se han intensificado debido al aumento de las tensiones entre Irán y el régimen sionista y la larga suspensión del PIAC, la mejora de las relaciones entre Arabia Saudí e Irán ha dado a las autoridades egipcias la opción de que a pesar de las diferencias en temas regionales e internacionales, es posible desarrollar y mejorar las relaciones y enfocarse en puntos comunes que son necesarios para resolver los problemas regionales.
Por otro lado, a pesar de las pretensiones históricas de Egipto de ser el líder del mundo islámico, este país se ha distanciado de este ideal durante muchos años y se ha limitado a desempeñar un papel marginal. En estos años Arabia Saudí ha sido el país que ha jugado un papel en este campo en el mundo árabe. En consecuencia, para mantener su posición en el mundo árabe e islámico, Egipto trata de evitar movimientos unilaterales y en contra de Arabia Saudí.
3- Factores geopolíticos
En ambos lados de la región de Asia Occidental, Irán y Egipto son dos países importantes que tienen muchas características que los hacen similares entre sí. El papel único de Irán en el Golfo Pérsico, Asia Central y el Cáucaso, y el papel único de Egipto en el Mar Rojo, el Mediterráneo y África del Norte. En base a esto, al tener una posición geopolítica especial en Asia Occidental, Irán y Egipto juegan un papel importante en la seguridad de esta región, por lo que la esfera de influencia y profundidad estratégica de estos dos países no se limitan a sus fronteras.
Como resultado, desde la época de Gamal Abdel Nasser hasta ahora, las consideraciones de seguridad de Egipto han requerido que este país tienda a Occidente. Una de las bases de la política exterior de Egipto siempre ha sido centrarse en una región del mundo árabe que es llamado el Máshrek (la parte más oriental del mundo árabe). Esta área geográfica incluye Irak, Siria, Jordania, el Líbano, Palestina y seis países del Golfo Pérsico. El gobierno egipcio sabe muy bien que la región del Golfo Pérsico es una zona de influencia de Irán, por lo que para mantener sus intereses económicos, políticos, culturales y religiosos y comunicarse con todos los países del Golfo Pérsico, busca una presencia más efectiva en esta región, especialmente con Irán.
4- Regreso de Siria al mundo árabe
Aunque el gobierno egipcio apoyó a la oposición siria al comienzo de la crisis y tomó una posición en contra de la República Islámica de Irán, pero ahora después de más de 12 años de esta crisis y la permanencia del gobierno de Bashar al-Ásad en este país y la readmisión de Siria en la Liga Árabe, las autoridades egipcias piensan que al igual que otros países del mundo árabe, deben admitir su error analítico sobre el futuro de Siria y tomar el camino de la amistad con este país y sus aliados, incluido Irán.
5- Factores culturales y civilizacionales
Irán y Egipto son dos países históricos y han creado civilizaciones en Asia Occidental y África del Norte. Sin duda, desde los tiempos remotos, estos dos países se han conocido como dos grandes potencias culturales en la historia de la humanidad. Existen evidencias de las primeras conexiones serias entre las dos grandes civilizaciones del mundo antiguo, es decir, Irán y Egipto, a principios de la segunda mitad del primer milenio antes de Cristo y durante la dinastía aqueménida en Irán. Actualmente ambos países están tratando de restaurar su antigua posición civilizacional y cultural, y esto crea un incentivo para el desarrollo de la cooperación entre ellos. Además, las buenas relaciones de estos dos países en el mundo islámico como dos grandes e importantes actores siempre han sido importantes y, por lo tanto, la promoción de las relaciones entre estos dos países tendrá amplios beneficios para las dos naciones, la región y el mundo islámico.
Al parecer, aunque algunas diferencias existentes entre Irán y Egipto no han cambiado mucho en la etapa actual, el cambio en el ambiente diplomático de la región tras la mejora de las relaciones entre Irán y Arabia Saudí y la preparación de las condiciones para la formación de una cooperación y una especie de nuevo orden de seguridad, han alentado al gobierno egipcio a no quedarse atrás de sus rivales regionales y tratar de tener una participación adecuada en los nuevos eventos regionales, una participación que muestre las exigencias de este país de jugar un papel serio en el mundo islámico y también pueda resolver y organizar algunas de las crisis internas de Egipto.
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