Además del deseo y entusiasmo de las autoridades emiratíes de acoger importantes reuniones internacionales para ganar prestigio e influencia, la celebración de la COP28 en un país miembro de la OPEP, es decir Emiratos Árabes Unidos, también puede tener otro motivo; Asia Occidental es una de las regiones que depende en gran medida de la energía. Esta región cuenta con abundantes recursos de petróleo y gas natural, y gran parte de su economía se basa en la venta de estos recursos. Sin embargo, la dependencia de la energía fósil y en consecuencia, la contaminación resultante, también han traído problemas a la región. Entre estos problemas podemos mencionar la contaminación del aire, el aumento de las enfermedades respiratorias entre los ciudadanos, el clima más seco y la formación de tensiones hídricas dentro y entre los países de la región.
Como resultado, en los últimos años ha aumentado la atención a las energías limpias y verdes en la región. Sin embargo, la pregunta clave aquí es que en una situación en la que los países más pobres del mundo sufren más que otros países los efectos del cambio climático, y el mundo está dividido geopolíticamente por las guerras en curso en Gaza y Ucrania, ¿Hay alguna esperanza de que los países del mundo estén decididos a formar una acción conjunta en el ámbito de la reducción u optimización del uso de combustibles fósiles? ¿Y cuál es el futuro de estas energías en Asia Occidental?
En respuesta a la primera pregunta, cabe decir que debido a los crecientes problemas causados por el cambio climático, que ya no es específico de una región y de un país concretos, y también debido a las amenazas geoestratégicas y de seguridad provocadas por la dependencia de las potencias mundiales de las energías fósiles, parece que los países desarrollados y grandes del mundo tienden a dar pasos positivos hacia la energía limpia; Sin embargo, para llevar a cabo estas medidas se han fijado un plazo de tiempo relativamente largo para que sea posible planificar e invertir en este ámbito, y por supuesto, para que sus industrias dependientes de las energías fósiles no se enfrenten a daños y tensiones graves y prematuros. En este sentido, el segundo día de la COP28 en Dubái, Estados Unidos y otros 21 países decidieron triplicar la capacidad de energía nuclear para 2050.
La otra cara de la moneda es que triplicar la capacidad de energía nuclear para 2050, junto con otros programas de los países industriales desarrollados para utilizar energía eólica y solar, etc., los ayudará a reducir su dependencia del petróleo y gas, y esto puede ser una amenaza estratégica para los países mono productores de Asia Occidental, cuya principal fuente de ingresos e influencia en el ámbito internacional es la energía fósil.
Por otro lado, el costo de la inversión para el desarrollo de energías limpias y verdes en la región de Asia Occidental es mayor que el de las energías fósiles y, naturalmente asignar fondos para tales casos no puede ser una prioridad para los países de esta región, muchos de los cuales están luchando con problemas económicos. Además, no existe la posibilidad de atraer inversores extranjeros para todos estos países. La falta de infraestructuras adecuadas, la necesidad de considerar la situación del mercado (clientes y beneficiarios de energías limpias), los recursos humanos (suficientes recursos humanos especializados), los recursos primarios, los equipos y otras infraestructuras de conocimiento y tecnologías madre son otros problemas que obstaculizan el desarrollo de energías limpias y verdes en la mayoría de los países de Asia Occidental.
Sin embargo, hay que decir que la energía limpia tiene muchas ventajas que hacen que su uso sea útil y beneficioso a largo plazo para todos los países del mundo, incluidos los países de la región de Asia Occidental. Reducir la contaminación del aire, controlar el cambio climático (por no producir gases de efecto invernadero), crear nuevos puestos de trabajo, atraer más mano de obra y mejorar la seguridad e independencia económica al no depender de ingresos de recursos fósiles son algunas de estas ventajas. Además, quizás la razón más importante por la que los países de Asia Occidental deberían optar por la energía limpia es la necesidad de comprender las transiciones estratégicas. Actualmente, con los problemas económicos, políticos y de seguridad que el cambio climático crea cada día para diferentes países, el mundo ha llegado a esta comprensión y conciencia pública de que debe dejar de lado las costosas y dañinas condiciones de la energía fósil, o al menos buscar nuevas tecnologías (como la tecnología de eliminación de carbono) para evitar sus daños. En tal situación, la preparación y la planificación para el uso óptimo de energía limpia y verde es una política inteligente que deberían seguir todos los países de la región de Asia Occidental, especialmente la República Islámica de Irán. Este enfoque diversificará la economía interna de estos países y, al aumentar el bienestar y la calidad de vida de sus ciudadanos, aumentará su capital social y su seguridad, y en el mediano plazo les dará una especie de poder blando y credibilidad internacional y en el largo plazo, los libera del riesgo de aislamiento y posibles sanciones por no acompañar las decisiones de la comunidad internacional en el campo climático.
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