Es evidente que durante estos años, el mundo y el sistema internacional establecido en él han experimentado cambios significativos. Rusia ha enfrentado grandes desafíos y Estados Unidos ya no es el país que pone fin a las crisis regionales, e incluso algunos actores regionales se oponen a sus políticas. Mientras tanto, China se ha presentado como un nuevo poder. Además, la creencia y el compromiso de China con la no injerencia en los asuntos internos de otros países han sido algo tranquilizador para los actores regionales, especialmente en Asia Occidental. La mediación de Pekín en el restablecimiento de las relaciones entre Teherán y Riad es también una prueba de esta afirmación. En esta situación, con la visita de Mahmud Abás y Netanyahu a China, se están formando nuevas ideas, a través de las que probablemente China pueda solucionar el desafío más importante y la crisis más crónica de Asia Occidental, o al menos acercar este desafío a una solución. Esta nueva medida de China es algo estabilizador en la región.
Por ello, la visita de Mahmud Abás a China estuvo acompañada del apoyo del presidente chino a la nación palestina. Xi Jinping habló del apoyo permanente y firme de su país a las causas del pueblo palestino, incluida la restauración de sus legítimos derechos nacionales. En esta visita de tres días, China apoyó la membresía plena de la Autoridad Nacional Palestina en las Naciones Unidas, y las dos partes anunciaron una asociación estratégica entre sí.
Parece que China no es reacia a presumir una vez más de su influencia en los asuntos regionales y mundiales. Hasta ahora, el Dragón Rojo no quería participar en la resolución de disputas internacionales, pero ahora el asunto parece un poco diferente. Pekín está dispuesto a tomar medidas para mostrar el prestigio y la posición de este país al menos en la región de Asia Occidental. Durante este viaje, Mahmud Abás, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, que no se siente tan poderoso como antes, pidió a Xi Jinping que presione a Tel Aviv y al gobierno de Netanyahu para crear una solución al conflicto entre Palestina y el régimen sionista, pero este es solo un lado de la historia y queda por ver si Tel Aviv también estará contento con la iniciativa de China o no.
Tel Aviv considera que Pekín es útil
Benjamín Netanyahu sabe que las relaciones entre China y la República Islámica de Irán se encuentran en una posición sólida. También es muy consciente de la asociación económica entre Tel Aviv y Pekín y de la competencia entre el Dragón Rojo y los Estados Unidos. Parece que Netanyahu planificará su próximo viaje a China con dos planes principales. Primero, intentará usar el canal de comunicación Pekín-Riad para normalizar las relaciones con Arabia Saudí. Aunque la incorporación de Arabia Saudí al Acuerdo de Abraham con la mediación de China enfadará a Estados Unidos, desde el punto de vista de Netanyahu puede tener buenos efectos a medio y largo plazo. Segundo, Netanyahu cree que la presencia de China en las ecuaciones de Asia Occidental puede alentar a Estados Unidos a permanecer en esta región. Esta visión suya parece un poco alejada de la realidad y con la mejora del proceso de paz, Estados Unidos no sacrificará su competencia estratégica y hegemónica por sus aliados regionales.
El modelo chino de paz en Asia Occidental: atraer a actores desesperados y cansados a la mesa de negociaciones
El debilitamiento de Estados Unidos en Asia Occidental ha vuelto vulnerables a sus aliados regionales. El Acuerdo de Abraham no pudo garantizar la paz de la era posterior a la retirada de Estados Unidos de la región. El modelo chino para lograr la paz en Asia Occidental parece ser más fructífero y estable que el modelo estadounidense, lo que se basa en lanzar guerras regionales, cuyos resultados son palabras desestabilizadoras que provocan tensión como la “OTAN de Asia Occidental” o la “alianza árabe-hebrea”. Pekín ha demostrado que ofrece un modelo más efectivo, que se sustenta en la capacidad de este país. China ha sido capaz de mejorar significativamente su posición global con su poder cada vez mayor.
En el modelo chino, el establecimiento de la paz justificará los medios, y las partes se sentarán a la mesa de negociación en función de su propia percepción. Hay que tener en cuenta que Arabia Saudí aceptó la invitación de China para negociar con Irán debido a su percepción de haber sido ignorada por Estados Unidos, e Irán, con el objetivo de desescalar las tensiones con Arabia Saudí y apoyándose en las estrechas relaciones con China y la necesidad de avanzar en dirección a la estabilidad regional, así como la desconfianza hacia Estados Unidos, se movió hacia el establecimiento de relaciones.
Estos casos también pueden aplicarse a Ramala y Tel Aviv. Han pasado casi seis meses desde la elección de Netanyahu y aún no ha sido invitado a Washington por el gobierno democrático de los Estados Unidos. Además, el gobierno de Biden no apoya las acciones del régimen sionista en la dirección de la construcción de asentamientos. Tales casos han provocado que Netanyahu esté interesado en implementar el modelo de Arabia Saudí. Tel Aviv sabe muy bien que la era actual no es como la era de la Guerra Fría, cuando en aquel mundo bipolar, los países cercanos a una superpotencia, tenían que elegir un polo y cortar los lazos con el otro. Si bien el régimen sionista ha declarado que Estados Unidos sigue siendo un aliado clave e insustituible de este régimen, por otro lado, sabe cuánto puede enojar y decepcionar a Washington si Pekín tiene la iniciativa de crear paz en Asia Occidental.
Por otro lado, la Autoridad Nacional Palestina está extremadamente decepcionada con Estados Unidos. A pesar de la falta de apoyo de Biden a las acciones del expresidente estadounidense Donald Trump con respecto a la transferencia de la capital y su pleno apoyo a Tel Aviv, la actual administración del país aún no ha tomado medidas positivas sobre este tema. Además, Mahmud Abás sabe que el enfoque de la administración de Biden estará en las pequeñas medidas, y no en una paz integral peligrosa que podría ser frágil y poner en peligro la credibilidad del gobierno federal. Todas estas cosas hacen que el paquete propuesto por Pekín parezca más atractivo y China sea conocida en estos días como el ejecutor de lo imposible en el escenario internacional.
0 comentarios