El nombramiento de Luigi Di Maio, ex ministro de Asuntos Exteriores de Italia, como primer representante especial de la Unión Europea para el Golfo Pérsico puede considerarse como una señal de la atención de los europeos a las nuevas tendencias regionales en Asia Occidental. En referencia a la creación de este nuevo cargo en el aparato de política exterior de la Unión, Peter Stano, portavoz principal de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, ha confirmado que Bruselas quiere elevar su participación en la región del Golfo Pérsico a un nuevo nivel estratégico. Estas acciones crean preguntas sobre los motivos, objetivos, oportunidades y desafíos de la Unión Europea en el Golfo Pérsico.
Estrategia de la Unión Europea en el Golfo Pérsico
La visión estratégica de la Unión Europea sobre el Golfo Pérsico tiene más historia que los acontecimientos recientes en la región. La primera reunión conjunta de los ministros de la Unión Europea y el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico se celebró en 1985. Luego y en 1989, se inició la cooperación de la Unión Europea con este Consejo, basada en acuerdos bilaterales. En este sentido, se conformaron diversos formatos para la consulta y cooperación política, así como para el intercambio de opiniones sobre las relaciones bilaterales, multilaterales y regionales. Pero al parecer, dicho proceso no ha sido efectivo hasta el momento, lo que ha hecho que Bruselas piense en cambiar su estrategia y crear nuevos pilares. Por supuesto, las diferentes consideraciones políticas y de seguridad de las dos partes, y las políticas unilaterales de los Estados Unidos en la región también pueden ser factores de la lentitud del desarrollo en las relaciones entre la Unión Europea y el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico.
Bajo la influencia de este proceso fallido, el año pasado la Unión Europea dio a conocer el nuevo plan estratégico integral de Bruselas para la estructura de las relaciones con los estados miembros del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico.
En base a esta estrategia, el año pasado se inauguró la oficina de representación de la Unión Europea en Qatar y, en este marco, se anticiparon el establecimiento de una oficina de representación diplomática en Omán, la presentación del representante especial de la Unión Europea en el Golfo Pérsico y el establecimiento de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en el Golfo Pérsico para facilitar las relaciones comerciales.
Motivos políticos y económicos
Los países europeos son considerados jugadores tradicionales en Asia Occidental y el Golfo Pérsico. Entre los países europeos, Gran Bretaña y Francia tienen una gran presencia militar en la región del Golfo Pérsico, pero Europa, en la forma de la Unión Europea, en las últimas dos décadas siempre ha tenido más influencia política. El representante especial de la Unión Europea para el Golfo Pérsico tiene la tarea de facilitar los diálogos políticos de la Unión Europea y el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico sobre cuestiones bilaterales, multilaterales y reuniones ministeriales, y diseñar un nuevo mecanismo de cooperación en materia de seguridad en diversos campos así como en el incremento de la cooperación comercial.
El nuevo desarrollo de la política de la Unión Europea hacia el Golfo Pérsico no puede considerarse independiente de las tendencias internacionales y regionales. Aunque la presencia económica y diplomática de la Unión Europea en la región no es nueva, parece que las nuevas tendencias internacionales y regionales han aumentado las motivaciones de Europa para ser más activa en la región. Por esta razón, los observadores evalúan este programa de la Unión Europea en competencia con otras potencias, sobre todo China y Rusia.
Sin embargo, las palabras clave “seguridad energética” y “guerra en Ucrania” en la estrategia de la Unión Europea hacia el Golfo Pérsico aclaran la principal motivación de Bruselas para su nuevo enfoque estratégico en la región. Los países del Golfo Pérsico, como los mayores productores de energía del mundo, juegan un papel fundamental en la estabilidad de los mercados energéticos y, a medio plazo, mientras la Unión Europea está en guerra económica con Rusia, el Golfo Pérsico puede convertirse en un importante productor y exportador de energía a Europa.
Además, dado que la Unión Europea y el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico juntos constituyen el 20% de la economía mundial y más de la mitad de la inversión extranjera directa del mundo también pertenece a estas dos partes, la cooperación económica y comercial entre ellos puede desempeñar un papel decisivo en las tendencias económicas.
Desafíos a los que se enfrenta Europa en el Golfo Pérsico
Los esfuerzos de la Unión Europea para las relaciones estratégicas con el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico se enfrentan a muchos obstáculos y desafíos. En primer lugar, las relaciones estratégicas dependen de la existencia de un vínculo político y económico orgánico entre las dos partes, lo que no existe entre ellos, y el historial de las relaciones entre la Unión Europea y el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico también muestra que este componente ha jugado un papel importante en el fracaso de los esfuerzos realizados. La Unión Europea espera reformas políticas de los países del Golfo Pérsico al menos en las políticas anunciadas, lo que no es aceptable para estos países. Al mismo tiempo, no parece que los países del Golfo Pérsico tengan una visión optimista del enfoque de la Unión Europea hacia sus sociedades.
Además, no parece que Bruselas pueda ofrecer más concesiones a los países del Golfo Pérsico en el corto plazo, de manera que influya en su motivación respecto a la ampliación de relaciones con China, Rusia e Irán. Anteriormente, una de las estrategias de los estadounidenses y europeos para mantener a los países de la región en el marco de las consideraciones estratégicas de Occidente era firmar contratos de armas, pero ahora se han incrementado las fuentes de suministro de armas para la región.
De hecho, no parece que la nueva ronda de esfuerzos de la Unión Europea con métodos tradicionales tenga la capacidad necesaria para realizar un cambio serio en la estrategia a largo plazo de los países del Golfo Pérsico. Los países de la región tienen más exigencias y ambiciones técnicas e industriales que buscar firmar acuerdos de petróleo y gas o proveer más armas, y con base en esto, algunos analistas también enfatizan que en la competencia de potencias internacionales en Asia Occidental, el poder será para el actor que pueda brindar más apoyo técnico e industrial a la región.
Se espera que la Unión Europea tenga una lista más larga de ideas para facilitar el diálogo económico y de seguridad con el Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico y los países de la región, y probablemente el representante especial de la Unión Europea para el Golfo Pérsico buscará crear nuevas oportunidades para la implementación de la nueva estrategia de la Unión Europea en el Golfo Pérsico.