Hamid Khosh Ayand, experto en cuestiones regionales
Hamás participó en las negociaciones con un enfoque serio para poner fin a la guerra de Gaza, y en la fase final de las conversaciones también anunció su acuerdo con el proyecto de acuerdo presentado, pero las demandas excesivas del Gabinete de Guerra del régimen sionista y la insistencia de Netanyahu en perseguir los fallidos objetivos de la guerra, prácticamente detuvieron las conversaciones.
Debido al continuo genocidio del régimen sionista en Gaza y al bombardeo de Rafah, actualmente un acuerdo de alto el fuego entre las partes en conflicto es incierto y en gran medida es inalcanzable.
En estos momentos, no hay cuestión más importante que un alto el fuego y el fin de la guerra en Gaza. Existen las condiciones necesarias para un alto el fuego, y el fracaso de las estrategias y acciones del bando principal de la guerra, es decir, el régimen sionista, ha hecho necesaria la aceptación del acuerdo.
La evaluación de los acontecimientos políticos, en el campo de batalla, etc., los informes de inteligencia estadounidenses y las declaraciones de los funcionarios anteriores y actuales del régimen sionista, muestran claramente que Hamás y la Resistencia palestina son los ganadores finales, y si la guerra continúa, no habrá éxito ni logros tácticos para el régimen sionista y el gabinete de Netanyahu. En este contexto, Ehud Olmert, ex primer ministro de este régimen, escribió recientemente en una nota: “Israel no saldrá victorioso de la guerra de Gaza bajo ninguna circunstancia”.
Por tanto, lo que ha provocado el fracaso de las conversaciones de alto el fuego y la continuación de la guerra en Gaza es la terquedad de Netanyahu de continuar la guerra, lo que resulta contrario a las posiciones declaradas por la Casa Blanca. Esto tiene causas específicas que deberían buscarse en el Gabinete de Guerra del régimen sionista y en las opiniones extremistas de Benjamín Netanyahu.
Netanyahu cree que cualquier acuerdo de alto el fuego con Hamás le perjudica a él. La voz más alta que se puede escuchar hoy en los territorios ocupados de parte de la oposición, los partidos críticos y gran parte de la opinión pública, es que la actuación de Netanyahu con respecto a la Operación Tormenta de Al-Aqsa y la guerra de Gaza ha destruido todo lo relacionado con el régimen sionista y ha puesto a este régimen al borde del colapso. Por lo tanto, no queda otra opción que celebrar elecciones anticipadas al día siguiente del final de la guerra para que Netanyahu deje el poder. Según Netanyahu, aceptar el alto el fuego en la Franja de Gaza significa su muerte política. Por eso, él busca un acuerdo que asegure su supervivencia en el poder y en el que exista la posibilidad para reanudar la guerra cuando su gabinete lo decida, lo que es prácticamente imposible. La destrucción de Hamás es una de las variables importantes que puede ayudar a Netanyahu a mantenerse en el poder, pero este objetivo no se puede lograr. Más de siete meses de guerra a gran escala del régimen sionista en Gaza no solo no ha debilitado a Hamás, sino que también ha aumentado su fuerza y ha mejorado su imagen y popularidad política.
Por tanto, la continuación de la guerra es el secreto de supervivencia de Netanyahu en el poder. Él sabe muy bien que si acepta el alto el fuego, será más difícil reanudar la guerra. Es de destacar que en febrero de 2024, en una conversación con varias familias de prisioneros sionistas y en respuesta a su solicitud de aceptar un alto el fuego, Netanyahu afirmó: “Si se acepta el alto el fuego, la comunidad internacional no nos permitirá reanudar el guerra”.
En este sentido, las elecciones presidenciales estadounidenses también es un tema importante que se ha convertido en un incentivo para que el gabinete de Netanyahu se oponga al acuerdo de alto el fuego. Netanyahu y los miembros extremistas de su gabinete creen que el texto del reciente acuerdo de alto el fuego propuesto, fue preparado por la Casa Blanca y los demócratas, principalmente para la victoria de Biden en las próximas elecciones. Netanyahu no tiene una buena relación con Biden y sigue buscando la victoria de su antiguo aliado, Trump, en las elecciones.
Netanyahu valora la victoria de Trump en las próximas elecciones como una buena oportunidad para escapar de las crisis y consecuencias de la guerra de Gaza, asegurando así su supervivencia en el poder, por lo que se opone a toda iniciativa presentada por Biden y los demócratas.
En cualquier caso, hay que subrayar que el equilibrio de la guerra en Gaza es contra el régimen sionista, y este régimen se encuentra en una posición de debilidad tanto en el ámbito de los desarrollos militares como en términos de las presiones que existen en la región y a nivel internacional, especialmente de parte de la opinión pública.
Por tanto, aceptar un alto el fuego permanente es la opción más realista para el régimen sionista. El hecho de que el Gabinete de Guerra de Netanyahu piense que puede destruir a Hamás continuando la guerra e incluso atacando por tierra a Rafah y colocando a la Resistencia palestina en una posición débil para recibir más concesiones es un error de cálculo y más bien una ilusión.
Hamás no es solo una de las ramas militares poderosas de la Resistencia palestina, sino también una organización política experimentada que es muy consciente de la situación en la que se encuentra y de lo que está sucediendo dentro del régimen sionista y en la escena regional e internacional, y no hará más concesiones al régimen sionista.
Hamás y la Resistencia palestina ven las conversaciones de alto el fuego con una visión positiva y fructífera y varias veces han mostrado flexibilidad para facilitar el logro de un acuerdo para detener el genocidio y la guerra en Gaza. Pero al mismo tiempo, nunca permitirán que el régimen sionista se aproveche militar y políticamente de las negociaciones de alto el fuego, o que las convierta en una excusa para ganar tiempo y promover sus objetivos militares.
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