En una entrevista con el sitio web del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, Kamran Karami afirmó: “Mientras un enfoque agresivo domine el actual gabinete del régimen israelí, no habrá lugar para avanzar en la normalización de las relaciones”.
Lo que van a leer a continuación es el texto completo de esta entrevista:
Pregunta: ¿Qué buscaba Blinken en su reciente viaje a Arabia Saudí?
El viaje de Blinken se considera parte de la gira regional del secretario de Estado estadounidense por Asia Occidental, que teniendo en cuenta el acuerdo de alto el fuego en Gaza, intenta acercar las opiniones a veces diferentes de los principales países árabes. Además, Blinken busca preparar el terreno para el logro de otros puntos de la agenda de su viaje, es decir, el acuerdo de normalización entre Arabia Saudí y el régimen israelí y el futuro de la administración de Gaza bajo la formación de un Estado palestino independiente. Los múltiples viajes del secretario de Estado estadounidense a capitales árabes, incluido Riad, tienen como objetivo promover la estrategia de la administración Biden para Asia Occidental.
Pregunta: En su opinión, ¿cuáles son las diferencias en el proceso de normalización antes y después del 7 de octubre?
El 7 de octubre debe considerarse como un nuevo factor para explicar lo que está sucediendo en la región de Asia Occidental. En otras palabras, si antes del 7 de octubre aparentemente se estaba preparando el terreno para la normalización de las relaciones entre Arabia Saudí y el régimen israelí en el marco de un acuerdo de seguridad entre Riad y Washington, sin la urgencia de formar un Estado palestino independiente, después del 7 de octubre tal proceso se ha convertido en un rompecabezas donde cada pieza carece de sentido sin otras piezas. La reciente entrevista de Jake Sullivan, el asesor de Seguridad Nacional estadounidense, afirmando que no hay posibilidad de un acuerdo bilateral con Riad sin la formación de un Estado palestino independiente, muestra la importancia del 7 de octubre como un acontecimiento decisivo en los cálculos de actores regionales y extra-regionales. En los cálculos de política exterior de Riad, la formación de un Estado palestino independiente, además de acreditar de nuevo la posición política de Arabia Saudí en el mundo árabe, se considera una fuerte palanca en las negociaciones para ejercer presión sobre Estados Unidos y el régimen israelí.
Pregunta: ¿El régimen israelí aceptará la condición saudí?
Las realidades políticas, militares y de seguridad que rigen la atmósfera actual del régimen israelí han alejado más que en cualquier otro momento de los últimos meses la perspectiva de normalizar las relaciones entre Riad y Tel Aviv. Mientras el enfoque agresivo domine el actual gabinete del régimen israelí, no hay lugar para la normalización, incluso si los medios occidentales destacan el acuerdo de seguridad saudí-estadounidense como una condición previa para entrar en este proceso y hablan de su progreso. Esta condición previa en sí misma también conlleva muchas complicaciones, especialmente en el Senado de Estados Unidos y teniendo en cuenta la estrategia de apoyo incondicional del país a Arabia Saudí, que ha vuelto a plantear en el país el tema de los costes de intervención en Asia Occidental. La cuestión crítica para Estados Unidos es que decir sí a un aliado de Asia Occidental hace que sea más difícil decir no a otros.
Pregunta: Estados Unidos busca un acuerdo tripartito. ¿Cuáles son los elementos de este acuerdo y qué posibilidades hay de que el acuerdo se implemente según las palabras de Sullivan?
La creación de un paraguas de apoyo por parte de Estados Unidos a Arabia Saudí en forma de un acuerdo de seguridad, que incluye un acuerdo de seguridad bilateral, compras de armas avanzadas y un programa pacífico de enriquecimiento, es el primer elemento de este acuerdo tripartito. El segundo elemento es la normalización de las relaciones entre Arabia Saudí y el régimen israelí en el marco de los Acuerdos de Abraham, que se firmaron a principios de septiembre de 2020 entre Emiratos Árabes Unidos y Baréin con el régimen israelí, y el tercer elemento es cómo gestionar el futuro de Gaza en el marco de la formación de un Estado palestino independiente con Jerusalén Este como su capital.
Las palabras de Jake Sullivan de que sin normalizar las relaciones, las otras piezas del rompecabezas no tienen sentido, apuntan a otras complejidades que han hecho que sea más difícil que nunca reconciliar puntos de vista. El hecho es que sin un cambio significativo en la política militar y de seguridad del régimen israelí, el acuerdo tripartito seguirá siendo solo una idea.
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