En una entrevista con el sitio web del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, Yaser Kanani afirmó que los golpes de Estado en África no son un tema nuevo, y en el siglo XX, este continente ha sido testigo de varios golpes de Estado después de su independencia del colonialismo y dijo: “Por la dependencia de los gobiernos de estos países del sistema colonial y la insatisfacción de su gente debido a la pobreza, la falta de transparencia, la mala gobernanza y los gobiernos hereditarios, los países de este continente siempre han sido objeto de golpes de Estado”.
Al recordar que África está involucrada en una historia de 500 años de colonialismo, explicó el papel y la influencia de los colonialistas en los golpes de Estado que estamos presenciando en África y dijo: “En los últimos años, especialmente a partir de 2020, nos enfrentamos al fenómeno de golpes de Estado en países de África Occidental, que incluye principalmente la África francófona, y esto hace que la cuestión sea aún más importante. Malí, Burkina Faso, Gabón y Níger, que han sido objeto de golpes de Estado, en los que gobiernos militares llegaron a poder, durante siglos formaban parte de la Unión Francófona. Francia había hecho allí amplias intervenciones políticas, económicas, culturales y militares y había realizado muchas inversiones para asegurar sus intereses”.
Kanani agregó: “Después de la guerra en Ucrania, se han producido cambios geopolíticos en África. Teniendo en cuenta la dependencia de la mayoría de los países africanos y sus ejércitos del equipamiento y la ayuda financiera y de desarrollo de Occidente, Rusia trató de desempeñar un papel más destacado, así que apoyó los golpes de Estado y así creó un nuevo frente para los europeos en África”.
Este analista de cuestiones africanas analizó las causas de los golpes de Estado en Malí, Níger y Burkina Faso y afirmó que los presidentes y estadistas de estos países dependían de Francia y contaban con el apoyo político y económico de este país, y continuó: “Al ejercer influencia, Francia buscaba establecer gobernantes dependientes en estos países. A partir de 2012, cuando Francia y las fuerzas occidentales entraron en Malí para imponer sus políticas militares a los países de la región del Sahel, con el pretexto de luchar contra el terrorismo, se produjo una gran crisis de identidad en la región”.
Kanani añadió: “Esta cuestión continuó durante una década y finalmente los presidentes de estos países, cada uno de los cuales había extendido su presencia en el poder durante varios mandatos, pusieron a sus ejércitos y fuerzas militares como sus principales apoyos”.
Analizando los antecedentes del golpe de Estado en Gabón, afirmó que la familia Bongo tuvo todo el país bajo su control durante 55 años, y dijo: “Los gobiernos hereditarios y la falta de transparencia provocaron que la oposición y partidos políticos y activistas de diferentes campos se quejaran en los foros occidentales. Al final, Francia y las fuerzas occidentales mantuvieron sus fuerzas en este país y al repetir el mismo error que cometieron con Ben Ali en la Primavera Árabe, perdieron a Ali Bongo en Gabón. Por el momento Francia ha perdido sus fuerzas en Níger, Malí, Burkina Faso y Gabón”.
Refiriéndose al apoyo de Rusia a estos golpes de Estado, este investigador de las cuestiones africanas añadió: “El punto débil de Europa estaba en África Occidental, en África Oriental estas tensiones y golpes se han visto menos. Pero en África Occidental, debido a su dependencia del sistema político francés, este problema se agravó, y los regímenes golpistas que llegaron al poder recibieron apoyo logístico y equipo militar de Rusia. Todo esto los hizo sentir fuertes y capaces de enfrentarse al colonialismo”.
Kanani afirmó que Rusia no negó haber enviado el Grupo Wagner a los países de África Central, haber interferido en el proceso de paz y haber desempeñado un papel en varios países africanos y agregó: “Cuando el consejo militar gobernante de Malí detuvo las operaciones de las Fuerzas de paz de la ONU y expulsó a sus militares, Rusia y China rápidamente anunciaron su disposición a llenar el vacío, dadas sus conexiones e influencia sobre los oficiales militares. La entrega de equipos militares y apoyo logístico se realiza de forma abierta. En la reciente conferencia de Rusia con países africanos, la presencia de los generales de estos países fue muy destacada y Rusia les dio legitimidad”.
Señaló: “En cuanto a la crisis de los cereales, los seis países africanos que siguieron siendo aliados de Rusia, a pesar de todos los problemas de comunicación marítima, se beneficiaron directamente de la ayuda en cereales donada por Rusia. Este fue un mensaje a otros países africanos que aún no se han sumado a esta alianza rusa y tienen dudas, de que Rusia con las herramientas a su disposición, puede dañar su seguridad alimentaria y enfrentarlos a una crisis”.
Este experto en cuestiones africanas, refiriéndose a las acciones de Europa a este respecto, incluido el envío de varios mediadores con el fin de evitar una mayor reducción de su poder, continuó: “Los países occidentales, considerando la pasividad que han mostrado y la dispersión de los conflictos en esta región, no quieren que estos golpes se extiendan a otros países africanos que son fuertes aliados de Francia, como Costa de Marfil, Senegal y otros países apoyados por la influencia británica, y buscan influir en la opinión pública y estabilizar sus regímenes dependientes”.
Afirmó que Occidente busca soluciones basadas en las herramientas que tiene en los foros internacionales para influir en la hegemonía que Rusia está tratando de lograr y debilitar su poder en la región, y agregó: “Los occidentales esperan perseguir sus objetivos indirectamente, a través de la unión de nuevos actores en la región, incluida Arabia Saudí, que celebrará la Cumbre de los líderes de Arabia Saudí y África en Riad en noviembre”.
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