En una entrevista con el sitio web del Consejo Estratégico de Relaciones Exteriores, el Dr. Hojjat Mian Abadi, al explicar la complejidad de las cuestiones acuáticas, enfatizó que el mar Caspio tiene mucha importancia en diferentes dimensiones hídricas, ambientales, políticas, climáticas, geopolíticas, energéticas, económicas, de seguridad e incluso identitarias y sociales y afirmó: “La debilidad del enfoque multifacético de las últimas décadas hacia el mar Caspio ha sido uno de los mayores errores en relación con este mar”.

Afirmando que hablar meramente sobre causas medioambientales es lo más fácil, dijo: “Desafortunadamente, siempre hemos estudiado solo algunas partes de este tema. Ahora la pregunta es, ¿podemos mencionar algunos documentos en los que se hayan realizado estudios hidropolíticos del mar Caspio con el objetivo de investigar los efectos y la relación del agua en la política y la política en el agua? Hasta ahora, casi no ha habido ningún estudio hidropolítico exhaustivo sobre la complejidad de las cuestiones del mar Caspio. Por lo tanto, cuando abordamos las cuestiones del mar Caspio, existen muchas preguntas importantes sin respuesta”.

Este profesor universitario afirmó que en algunos casos, no solo no sabemos las respuestas a nuestras preguntas clave y estratégicas sobre el mar Caspio, sino que tampoco tenemos preguntas clave y estratégicas sobre las cuales se pueda realizar un estudio, y continuó: “Por ejemplo, el protocolo para la evaluación de los efectos ambientales extraterritoriales del mar Caspio (EIA), conocido como el protocolo de Moscú es uno de los cinco protocolos de la Convención de Teherán en el ámbito de los regímenes ambientales del mar Caspio, el que Teherán firmó en Moscú el 20 de julio de 2018 y fue aprobado por el gobierno en febrero de 2020. Este protocolo fue enviado al Parlamento para su aprobación en marzo del mismo año, pero aún no ha sido aprobado. Aún no se ha realizado ningún estudio exhaustivo para examinar las oportunidades y los desafíos hidropolíticos, de seguridad y geopolíticos de nuestra adhesión a este protocolo. Mientras que otros países costeros han realizado importantes estudios sobre el mar Caspio.

Respecto a las afirmaciones sobre el retroceso de este mar, Mian Abadi dijo que se debe comprobar cuál es el nivel normal del mar Caspio, y explicó: “Desde un punto de vista técnico, las aguas abiertas del mundo tienen un nivel normal que es claro en todas partes, pero ¿cuál es el nivel normal del mar Caspio como un cuerpo de agua cerrado? ¿Respecto al nivel normal, el litoral está en progreso o en retroceso? No hay duda de que el mar Caspio ha retrocedido y su nivel ha cambiado en los últimos años, pero ¿qué estudios y encuestas se han hecho para demostrar si este retroceso se ha producido después de un gran progreso o no? Todavía no es posible juzgar en qué medida se ha producido este retroceso en comparación con el nivel normal”.

Mian Abadi señaló las valoraciones de Kazajstán de que, basándose en la comparación de imágenes de satélite del mar Caspio con las de los últimos 15 años, este lago se está haciendo pequeño rápidamente y dijo: “La vida útil de las imágenes de satélite no es muy larga y, por ejemplo, no es posible comprobar el nivel del agua de este lago en los últimos 80 años. Incluso hay narrativas contradictorias sobre este tema, y en ocasiones los análisis iniciales de otras imágenes afirman que el nivel y el volumen del agua del mar Caspio no han cambiado mucho. Esta es la misma cuestión que debería evaluarse en estudios independientes. Esta cuestión no significa rechazar o confirmar algún caso en particular, sino que es un énfasis en la necesidad de realizar estudios conjuntos, lo que también se enfatiza en la convención”.

Este profesor de la Universidad Tarbiat Modares destacó que en función de sus características naturales, los cuerpos de agua muestran cambios y a lo largo de la historia nunca han tenido el mismo volumen, y continuó: “El retroceso, el progreso, la sequía y la humedad son cambios naturales. No es normal que la cantidad de lluvia siempre sea la misma, por lo tanto, la disminución y el aumento de todos los cuerpos de agua es parte de la esencia de ese fenómeno, y lo anormal es cuando todos estos cambios sean causados por la interferencia humana. Por ejemplo, el lago Urmia se ha secado muchas veces, pero esta vez los estudios han demostrado que su reducción se debe principalmente a la intervención humana y no a cambios naturales. Por eso se ha convertido en un tema anormal por el que hay que preocuparse”.

Al indicar que algunos estudios afirman que cada 300 a 500 años, el mar Caspio ha sufrido un retroceso y luego un progreso natural, recordó el progreso del lago Urmia en 2006 y la inundación de tierras agrícolas y dijo: “Aunque las preocupaciones sobre el efecto del cambio climático en la reducción del mar Caspio son generales, los análisis lineales realizados no son necesariamente científicos”.

Mian Abadi recordó que el cambio climático en algunas zonas provoca una disminución de las precipitaciones y en otras un aumento de las precipitaciones, y se refirió a las críticas a las consecuencias del cierre del río Volga hacia el mar Caspio por parte de Rusia y afirmó: “Debería comprobarse que, si estamos en el período de retroceso del mar Caspio, ¿cuánto de su retroceso es natural y cuánto es provocado por el hombre? ¿Cada cuántos años tienen lugar los cambios naturales del mar Caspio? Aunque por un lado se deben tomar medidas para corregir las consecuencias de algunos cambios naturales, pero por otro lado si evitamos los cambios naturales, hemos tomado una acción anti-ambiental”.

Este profesor universitario afirmó que se debe comprobar el nivel y el estado de las relaciones entre los países costeros del mar Caspio, a ver si son cooperativas o conflictivas, y continuó: “Habría que comprobar hasta qué punto han cambiado hasta ahora los aportes del mar Caspio. El Departamento de Medio Ambiente y las instituciones relacionadas deberían evaluar el volumen de los embalses de las represas rusas en el Volga y el volumen de los embalses de las represas en Azerbaiyán y Georgia y presentarlos de manera científica. En cualquier caso, una parte de los recursos hídricos del mar Caspio, además de los recursos hídricos del Volga, provienen de otras cuencas como la Kura-Aras. Kura-Aras también proviene del oeste del mar Caspio, de países como Turquía y Georgia. Países como Turquía, Rusia y otros países costeros y no costeros son eficaces en la cantidad de agua que ingresa a los ríos que alimentan el mar Caspio. Ahora necesitamos saber cuántos embalses han construido estos países en sus afluentes y cuánto han contenido y cuánto pueden contener el agua de estos ríos”.

Mian Abadi enfatizó: “Hasta que los responsables políticos no tengan respuestas precisas a estas preguntas, no podrán hacer una declaración correcta y científica sobre las causas de la reducción del mar Caspio. Los países costeros deberían aclarar estos datos en cooperación entre sí”.