El Artículo 2 (4) de la Carta de las Naciones Unidas establece claramente: “Los miembros de la Organización, en sus relaciones internacionales, se abstendrán de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado, o en cualquier otra forma incompatible con los Propósitos de las Naciones Unidas”.
Las únicas excepciones a esta regla son el uso de la fuerza en defensa propia, que está reconocido en el Artículo 51 de la Carta, lo que es legítimo cuando el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) lo aprueba bajo el Capítulo VII de la Carta, con el fin de mantener o restablecer la paz.
Sin embargo, en la práctica y especialmente en los últimos años, este proceso se ha intensificado y los gobiernos a menudo lo han hecho sin el permiso del Consejo de Seguridad de la ONU, y basándose en justificaciones como la intervención humanitaria, la autodefensa preventiva o la responsabilidad de proteger, e ignorando y eludiendo el sistema de la ONU, han recurrido a la fuerza.
El papel y las restricciones que tiene el Consejo de Seguridad de la ONU
El Consejo de Seguridad de la ONU es el principal órgano de las Naciones Unidas, y es responsable de mantener la paz y la seguridad internacionales. Este consejo está facultado para determinar la existencia de cualquier amenaza a la paz, violación de la paz o acto de agresión, y decidir qué medidas se puede tomar para hacerles frente, incluido el uso de la fuerza. Las decisiones del Consejo de Seguridad son vinculantes para todos los miembros de la ONU, independientemente de su consentimiento.
Este consejo enfrenta muchas críticas debido al historial de su desempeño. Entre ellos podemos mencionar la falta de un representante, especialmente considerando el cambio de las realidades globales y el surgimiento de nuevos actores y temas, su ineficiencia e incoherencia para abordar crisis complejas y urgentes, y aplicación de doble rasero, sobre todo en relación con el uso de la fuerza.
Una mirada al historial del uso de la fuerza sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU
A pesar de la prohibición del uso de la fuerza y el papel del Consejo de Seguridad de la ONU en esta área, la OTAN y algunos gobiernos a menudo han recurrido a la fuerza sin el permiso del Consejo de Seguridad. Algunos de los ejemplos más obvios de tales casos son:
– La intervención de la OTAN en Kosovo en 1999 se llevó a cabo sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, pero se afirmó que era una intervención humanitaria para prevenir un desastre humanitario y proteger los derechos humanos y el derecho internacional. Esta intervención fue apoyada por muchos gobiernos y actores, pero otros también se opusieron y criticaron, y dijeron que esta acción violaba la soberanía de Yugoslavia y socavaba la autoridad y credibilidad de las Naciones Unidas. Además, fue un precedente peligroso para futuras intervenciones.
– La invasión de Irak encabezada por Estados Unidos en 2003 se llevó a cabo sin autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, pero se afirmó que era una defensa preventiva contra la supuesta amenaza de armas de destrucción masiva y terrorismo de Irak. La invasión fue apoyada por una coalición de gobiernos, pero otros se opusieron y criticaron, y dijeron que este ataque violaba la prohibición del uso de la fuerza, carecía de pruebas y justificación suficientes y tenía graves consecuencias humanitarias y de seguridad para el pueblo de Irak y de la región.
– La intervención de la OTAN en Libia en 2011, que inicialmente fue autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU bajo la doctrina de la “responsabilidad de proteger”, y tenía como objetivo proteger a los civiles de la violencia y reprimir el régimen de Gadafi; Pero luego se amplió y fue más allá de los poderes de la resolución del Consejo de Seguridad, porque buscaba un cambio de régimen y quería apoyar a las fuerzas de oposición.
El ataque estadounidense y británico contra Yemen es uno de los últimos casos de claras violaciones del derecho internacional y del uso de fuerza no autorizada por parte de estos países. Tal acción es un serio desafío para el derecho internacional y está en conflicto con el orden mundial, porque:
– Se considera una violación del principio de prohibición del uso de la fuerza, que es la piedra angular de la Carta de las Naciones Unidas y del orden jurídico internacional. El uso de la fuerza sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU socava el imperio de la ley y la solución pacífica de disputas, y aumenta el riesgo de aumento de tensiones y represalias. El uso de la fuerza sin la autorización del Consejo de Seguridad destruye la autoridad y legitimidad del Consejo de Seguridad y de las Naciones Unidas en general y debilita el sistema de seguridad colectiva y cooperación multilateral.
– Amenaza la soberanía y la integridad territorial de los países que son los elementos básicos del orden político internacional. El uso de la fuerza sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU viola los derechos e intereses de los gobiernos e interfiere en sus asuntos internos y decisiones políticas. Recurrir a la fuerza sin la autorización del Consejo de Seguridad también crea inestabilidad e inseguridad para los gobiernos y debilita la confianza en las relaciones internacionales equitativas entre ellos. Además, recurrir a la fuerza sin el permiso del Consejo de Seguridad cuestiona el principio de igualdad entre los gobiernos y crea jerarquía y desequilibrio de poder entre ellos.
– Pone en peligro los derechos humanos y el bienestar de las personas, que son los objetivos principales del orden moral internacional. Recurrir a la fuerza sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU causa sufrimiento humano y daña y viola la dignidad y los derechos de las personas. Recurrir a la fuerza sin el permiso del Consejo de Seguridad crea crisis humanas y ambientales, perturba el desarrollo social y económico de los pueblos, ignora los deseos y la participación de los pueblos y debilita la democracia y la rendición de cuentas de la comunidad internacional.
El uso de la fuerza sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU es una cuestión compleja y controvertida que tiene dimensiones jurídicas, políticas, éticas y prácticas. Tal acción muestra los desafíos del sistema internacional contemporáneo, donde el conflicto ha reemplazado a la coexistencia y la cooperación, el orden ha sido reemplazado por el desorden y la estabilidad ha sido reemplazada por la inestabilidad.
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