Más allá de la guerra, también han surgido desafíos peligrosos dentro del régimen sionista en diversos campos que amenazan cada vez más la existencia de este régimen y su fracaso en la guerra. Pero la severa censura de los medios de comunicación en los territorios ocupados impide en gran medida la emisión de estas informaciones.
Las diferencias entre los sectores militar, de seguridad y político se encuentran entre los desafíos en este campo, de forma que paralelamente a la prolongación de la guerra en Gaza, también está aumentando la intensidad de las discrepancias internas en el sistema de toma de decisiones y en el gabinete de Netanyahu. Hoy, todas las previsiones militares y operativas del régimen sionista en Gaza se han topado con serias dudas. Lo único que el mundo ha presenciado hasta ahora son los bombardeos del régimen sionista y la matanza de civiles y por otro lado, la resistencia de los palestinos y las grandes pérdidas de los sionistas.
Hace tiempo el periódico “Yedioth Ahronoth” publicó una nota en la que escribía: “Después de varias semanas de guerra, Benjamín Netanyahu, el primer ministro de Israel, todavía no se ha despertado y su gabinete se dirige sin una estrategia clara”. En otra parte de esta nota se enfatiza: “La gestión del gabinete de Netanyahu es mala y casi no hay liderazgo en él”.
La discrepancia entre el gabinete pequeño (el gabinete de guerra) y el gabinete grande (el gobierno de Netanyahu) tiene diferentes dimensiones. Las dos partes tienen desacuerdos en todo lo relacionado con la guerra, incluidos los planes militares, evaluaciones, mapas, decisiones, cómo conducir la guerra, así como sus perspectivas y lo que sucederá en el futuro, de modo que se ha intensificado la crisis de desconfianza entre Netanyahu y el ejército, algo que ya existía desde antes.
Por ejemplo, Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor de las fuerzas de Israel, ha hecho una evaluación sobre la situación en la Franja de Gaza y ha presentado planes para la continuación de los ataques y operaciones terrestres en el sur de Gaza, pero Netanyahu se ha opuesto al desarrollo de operaciones terrestres en el sur de Gaza en la etapa actual.
El canal hebreo Kan también reveló recientemente que los jefes del Estado Mayor del ejército y de la agencia de inteligencia Mosad y el servicio de seguridad interna conocido como Shabak abandonaron la reunión del gabinete político y de seguridad antes de que terminara.
Además de las diferencias entre los jefes de los servicios militares y de seguridad y los miembros del gabinete, los propios miembros de este gabinete también están en desacuerdo entre sí, de modo que en la reunión del gabinete de hace unos días, Gadi Eizenkot, el ex jefe del Estado Mayor de las fuerzas de Israel, exigió información sobre el estado del ejército (en la guerra de Gaza), pero el ministro de Seguridad Interior, Ben Gvir, lo interrumpió y en ese momento la reunión se volvió tensa.
El siguiente tema han sido las severas disputas internas sobre el alto el fuego y el intercambio de prisioneros; Benny Gantz y Gadi Eizenkot consideraban que Israel está obligado a rescatar inmediatamente a los prisioneros que tienen la posibilidad de ser rescatados. Por otro lado, Galant y Halevi y varios comandantes del ejército y del Shabak afirmaron que actualmente está prohibido un alto el fuego y que debería intensificarse la presión militar sobre Hamás.
Vale la pena mencionar que Netanyahu evita tomar una posición definitiva en estos desacuerdos por diversas razones, incluidas consideraciones políticas. Netanyahu, conocido como responsable de la guerra, está atrapado en una situación difícil por parte de la opinión pública nacional, regional e internacional e incluso por algunos socios occidentales. Por este motivo, trata con cautela y en ocasiones se opone a cualquier plan que le parezca una amenaza para su posición y su futuro político. Netanyahu aún no quiere aceptar que pronto sufrirá una muerte política.
Definitivamente, con el fin de la guerra de Gaza, seremos testigos del surgimiento de nuevos desafíos en el régimen sionista, de los cuales Netanyahu será la mayor víctima.
Por otro lado, las tensiones y diferencias internas en el régimen sionista han hecho que las prevenciones del ejército, que es el pilar principal del régimen sionista, no sean correctas. Esta situación, además de provocar una grave confusión en el seno de las fuerzas militares y de seguridad del régimen sionista, psicológicamente provocará paulatinamente una fuerte pérdida de motivación y ánimo de los soldados sionistas.
Actualmente, las personas más importantes dentro del régimen sionista que están interesadas en la continuación de la guerra son Netanyahu y sus amigos extremistas dentro y fuera del gabinete, porque según ellos y especialmente Netanyahu, la larga guerra en Gaza lo hace inmune ante las protestas políticas y garantiza su permanencia en el poder. Pero la cuestión no es tan sencilla. Ciertamente la continuación de la guerra en Gaza que se está convirtiendo en una de las guerras más largas de Israel en los últimos 75 años, provocará la aparición de problemas y crisis difíciles dentro del régimen israelí.
Ni el ejército, ni la opinión pública, ni la infraestructura económica del régimen israelí puede tolerar una guerra de larga duración. Actualmente, más del 75% de los residentes de los territorios ocupados creen que Netanyahu es responsable de no haber protegido los asentamientos alrededor de Gaza, así como de los ciudadanos israelíes, y que debería rendir cuentas por ello.
La resistencia de los palestinos por un lado, la proliferación de amenazas contra los intereses de Israel en la región que podemos ver en los recientes movimientos de Ansarolá por otro lado, y por último las diferencias internas en el régimen sionista que aumentan día a día, de hecho han dificultado la continuación de la guerra en Gaza.
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