Seyed Hossein Rezvani, analista de derechos humanos
Esta estrategia que tiene como objetivo combatir la islamofobia, la discriminación, la violencia y el odio contra las comunidades musulmanas y árabes estadounidenses, pretende crear un entorno seguro en el que se eviten las violaciones de los derechos humanos y la dignidad de los musulmanes que viven en Estados Unidos, y busca realizar esfuerzos para protegerlos. Los diseñadores de esta estrategia creen que combatir la islamofobia no es solo un paso hacia la justicia social, sino también una prueba para evaluar la adhesión de Estados Unidos a los principios fundamentales de los derechos humanos, la igualdad y la libertad.
En este artículo, al examinar los antecedentes y los objetivos de esta estrategia, se discuten brevemente las principales partes, el marco de implementación, las críticas, los desafíos operativos, las recomendaciones y las soluciones que Estados Unidos pretende implementar en el marco de la mencionada estrategia para combatir la islamofobia. Luego, con una mirada crítica, se explica críticamente hasta qué punto la adopción de un enfoque táctico y el uso del poder blando por parte de Estados Unidos contradicen sus políticas para contener o gestionar las crisis en Asia Occidental y su amplio apoyo al régimen sionista.
Antecedentes y necesidad de la creación de esta estrategia
El 12 de diciembre de 2024, la Casa Blanca presentó la primera estrategia nacional para combatir la islamofobia. El aumento drástico de los crímenes debido a odio contra los musulmanes y los árabes estadounidenses, incluido el trágico asesinato del niño palestino-estadounidense Wadea al-Fayoume, de 6 años, en octubre de 2023, puso de relieve la necesidad de adoptar medidas serias. Esta estrategia pretende buscar eliminar los estereotipos y las estructuras discriminatorias que refuerzan la islamofobia en este país.
Los pilares principales de esta estrategia estadounidense
1- Concienciación y educación pública: A través de contenidos educativos en las escuelas y campañas mediáticas, se realizan esfuerzos para aumentar el conocimiento público sobre la historia y la cultura, incrementar la participación de los musulmanes y reducir los estereotipos negativos.
2- Mejorar la seguridad de las comunidades musulmanas: La estrategia nacional estadounidense incluye medidas para informar mejor sobre los delitos de odio, brindar apoyo financiero a las organizaciones locales y fortalecer la infraestructura de seguridad de los lugares sagrados musulmanes, incluidas las mezquitas.
3- Respetar las libertades religiosas: Esta estrategia tiene como objetivo garantizar los derechos religiosos de los musulmanes, incluido el derecho a usar vestimenta religiosa, hacer oraciones en el lugar de trabajo y eliminar las barreras laborales o administrativas basadas en creencias religiosas, mediante la reforma de políticas y regulaciones.
4- Fortalecer la solidaridad entre diferentes comunidades: Ampliar el diálogo interreligioso, implementar proyectos conjuntos y crear una oportunidad para la interacción y la cooperación entre diferentes etnias y religiones son algunos de los pilares de esta estrategia.
El marco ejecutivo y la estructura operativa
La implementación de esta estrategia requiere una colaboración interinstitucional y de múltiples niveles entre el gobierno federal, los estados, las organizaciones no gubernamentales y los líderes de las comunidades locales.
Recopilación y análisis de datos: Mejorar la calidad de los datos sobre delitos de odio y el acceso a información confiable para la formulación inteligente de políticas.
Colaboración continua con las comunidades locales: Colaborar estrechamente con las comunidades musulmanas y árabes para asegurarse de que se satisfagan sus necesidades reales.
Revisar las políticas discriminatorias: Eliminar o modificar políticas como las listas de exclusión aérea y otros hechos que intencional o involuntariamente conducen a la discriminación.
Retos y críticas
Aunque a primera vista esta estrategia se considera una medida positiva, algunas organizaciones de la sociedad civil, como el Consejo de Relaciones Estadounidenses-Islámicas (CAIR), han planteado críticas. Por ejemplo, esta estrategia aún no ha abordado algunos programas discriminatorios, como las listas negras de seguridad, y el nivel de transparencia en su implementación también es cuestionable.
Supuestas recomendaciones y acciones
Las predicciones presentadas en esta estrategia incluyen las siguientes:
Mecanismos de supervisión más fuertes: Establecer grupos de trabajo federales para monitorear continuamente el progreso y proporcionar informes públicos.
Apoyar las iniciativas locales: Financiar organizaciones e instituciones locales activas en primera línea de lucha contra el discurso de odio.
Programas de participación juvenil: Ampliar la educación intercultural en escuelas y universidades para formar a la próxima generación de líderes comprometidos con la reconciliación con los musulmanes.
Cooperación internacional: Intercambio de experiencias y métodos exitosos con otros países en el ámbito de la lucha contra la islamofobia y el discurso de odio.
Supervisar los medios de comunicación y la tecnología: Reforzar las regulaciones y supervisar aún más los medios de comunicación y el ciberespacio para prevenir la difusión de contenidos islamófobos.
Contradicciones de las políticas de Estados Unidos
Aunque con la publicación de esta estrategia, la Casa Blanca intenta fingir que apoya a las minorías musulmanas, las políticas macroeconómicas de este país, especialmente su apoyo ilimitado al régimen sionista, contradicen claramente estas afirmaciones. Desde la formación del régimen sionista en Palestina, Estados Unidos siempre ha garantizado la supervivencia de este régimen mediante apoyo militar, político, jurídico, económico y mediático.
Durante los acontecimientos posteriores al 7 de octubre de 2023, el apoyo del gobierno de Estados Unidos a las acciones represivas y violentas del régimen israelí contra el pueblo palestino ha ido aumentando. Según la evaluación de las instituciones internacionales, este apoyo ha conducido a la comisión de crímenes generalizados, que, según las decisiones emitidas por autoridades jurídicas internacionales e instituciones como la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y la Corte Penal Internacional (CPI), se han identificado casos de genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en los territorios ocupados. Según las estadísticas publicadas por la revista médica británica “The Lancet”, en los últimos 14 meses, más de 183 mil palestinos han perdido la vida como resultado de los incesantes y violentos ataques de Israel, y un número significativo de víctimas son niños y mujeres.
Las decisiones de la Corte Internacional de Justicia en julio de 2024 y de la Corte Penal Internacional en noviembre de 2024 contra el régimen israelí y sus funcionarios indican la confirmación de las graves violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional por parte de Israel en los territorios palestinos ocupados. La contradicción entre las afirmaciones y posiciones declaradas de Estados Unidos en defensa de los derechos de las minorías musulmanas en este país, por un lado, y el apoyo efectivo y continuo a las acciones inhumanas del régimen sionista, por el otro, demuestran claramente la doble vara de medir de Washington en el campo de los derechos humanos.
Conclusión
Aunque la estrategia nacional de la Casa Blanca para combatir la islamofobia debe de ser un paso hacia la protección de los derechos de los musulmanes estadounidenses, la contradicción entre las afirmaciones de defender los derechos de las minorías musulmanas dentro de Estados Unidos y el apoyo a un régimen ocupante y opresor fuera de sus fronteras, no solo socava la credibilidad de las afirmaciones del gobierno estadounidense, sino que también confirma el abuso por parte de Washington de la diplomacia pública y de sus capacidades mediáticas para distorsionar los hechos y moldear la opinión pública en dirección a sus objetivos políticos sesgados.
Luchar contra la islamofobia dentro de las fronteras de Estados Unidos sin revisar las políticas macro regionales e internacionales del país, especialmente con respecto a su apoyo al régimen sionista y hacer la vista gorda ante sus crímenes no conducirá a resultados tangibles. El verdadero compromiso de Estados Unidos con los principios de igualdad y libertad no se manifestará en declaraciones oficiales y documentos estratégicos, sino en la coincidencia de las políticas y acciones prácticas del país con sus afirmaciones en el ámbito nacional e internacional.
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