Hamid Khosh Ayand, experto en temas regionales
Tal vez en los primeros días de la caída del gobierno de Bashar al-Ásad, los líderes turcos no esperaban enfrentarse pronto la enorme cantidad de desafíos que enfrentan hoy en Siria. Los acontecimientos y problemas que están teniendo lugar hoy en Siria, y que seguramente aumentarán en las próximas semanas y meses, no presentan un buen panorama para Turquía.
Actualmente, Turquía se enfrenta a diversos desafíos en Siria en las dimensiones política, de seguridad y económica que no son fáciles de superar.
El desafío más importante es la disputa entre el régimen sionista y el gobierno turco, que cada día adquiere nuevas dimensiones. A diferencia del gobierno turco, que apoya plenamente a los nuevos gobernantes sirios y mantiene estrechas relaciones con ellos, Tel Aviv ve a los nuevos gobernantes como una amenaza. Los funcionarios del régimen sionista han adoptado una postura hostil hacia Tahrir al-Sham y el propio Al-Golani, calificándolos con términos muy duros como terroristas, criminales, un gobierno no electo y una amenaza a la seguridad nacional del régimen israelí.
En su nueva postura, el ministro de Asuntos Exteriores israelí, al amenazar a Golani con asesinarlo, declaró: “Cada mañana, cuando Golani abre los ojos en el palacio presidencial de Damasco, ve al ejército israelí observándolo desde las alturas del monte Hermón”. Netanyahu también advirtió a Golani en un mensaje que lo destruirá si se dispara una sola bala contra las fuerzas israelíes. Estas declaraciones no contienen un buen mensaje para Ankara y contrastan con las estimaciones de Turquía en Siria.
El hecho de que desde que Tahrir al-Sham llegó al poder, el régimen sionista haya estado destruyendo almacenes de armas estratégicas, bases navales y aéreas e infraestructura militar en Siria, y esté avanzando continuamente y ocupando varias áreas en el sur del país, tiene varias razones, entre las cuales “el equilibrio contra Turquía” es una de las más importantes a este respecto.
El régimen israelí está profundamente preocupado por el papel de Turquía como aliado cercano de Tahrir al-Sham. Con el enfoque que ha adoptado y las políticas que está siguiendo en Siria, Tel Aviv enfrentará un desafío fundamental con Ankara en el futuro cercano. El lobby del régimen israelí en Estados Unidos está presionando actualmente a la administración Trump para impedir la influencia turca en Siria y evitar la construcción de bases militares turcas en suelo sirio.
Si Estados Unidos tiene éxito en esto y limita o elimina la influencia de Ankara en Siria, el régimen israelí se sentirá enormemente tranquilo; De lo contrario, es probable que actúe solo.
El próximo desafío es la preocupación de algunos países árabes por las políticas de Turquía en Siria, que probablemente provocará la enemistad de estos países con Turquía en los próximos meses. Importantes países árabes como Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Jordania, están preocupados por los enfoques pro-Hermandad y pro-neootomanismo que Turquía está adoptando en Siria, y los consideran una amenaza a su propia seguridad nacional. Según estos países, esta amenaza es mayor que la supuesta amenaza que la Resistencia planteaba anteriormente en Siria.
El próximo desafío se refiere a los planes de Turquía de reconstruir Siria. La reconstrucción de Siria es una de las prioridades del gobierno turco. Porque lo considera una de las principales vías para expandir la influencia y estabilizar su posición en Siria e invertir en el país. A este respecto, Turquía se enfrenta a dos obstáculos principales. En primer lugar, la propia economía turca enfrenta problemas importantes y, en segundo lugar, Turquía no puede realizar una sola inversión a largo plazo en Siria sin el consentimiento de Washington o el levantamiento de las sanciones estadounidenses.
Además de los desafíos mencionados, Turquía, que ha puesto todos sus huevos en la cesta de Tahrir al-Sham, puede verse obligada a enfrentarse a los alauitas, ya que en el reciente conflicto entre el nuevo gobierno sirio y los alauitas no tuvo más opción que elegir Tahrir al-Sham y apoyar a Al-Golani.
Esta cuestión sin duda tiene consecuencias de seguridad para el gobierno de Ankara en Turquía. Porque provoca a los alauitas de Turquía y enfrenta a la comunidad alauita, que constituye una parte importante de la población del país, contra el gobierno de Ankara. Aquí es donde nos damos cuenta de que la cuestión siria no solo es el tema más importante de Ankara en la política exterior, sino también en el ámbito de la política interna de este país.
Para el establecimiento de la posición de Turquía en Siria se necesitan acuerdos regionales e internacionales, además del establecimiento de la posición del nuevo gobierno en Damasco. La expansión de su esfera de influencia y papel en Siria, además de enfrentar diversos obstáculos internos, regionales e internacionales, también enfrenta un desafío importante llamado la “nueva situación política en Siria”, no reconocida por muchos países en el mundo.
En este marco, hasta que se establezca y consolide la posición del nuevo gobierno sirio, Turquía también enfrentará desafíos constantes para avanzar en sus objetivos y planes a largo plazo en el país. Esto ocurre al tiempo que gestionar una transición de poder exitosa en un país que ha estado involucrado en una guerra durante años es muy complejo y difícil y está más allá de la capacidad de Turquía.
Después de unos tres meses, hoy podemos tener una estimación bastante precisa de la relación de Turquía con los acontecimientos en Siria. Siria se ha convertido hoy en un campo de juego para el régimen sionista y Estados Unidos, mientras Turquía paga los costos ignorando su propia seguridad nacional. Si Siria se balcanizara, Turquía estaría entre los países importantes de la región que estarán en riesgo de sufrir las consecuencias políticas, económicas y de seguridad de este asunto.
En general, Turquía se enfrenta a desafíos políticos, económicos, sociales y de seguridad serios, complejos y multifacéticos en Siria. Las posiciones contradictorias de los actores regionales e internacionales también han dificultado la situación para Ankara.
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