Barsam Mohammadi, experto en asuntos regionales
Este proyecto se implementará en tres fases durante un período de 5 años, de la siguiente manera:
Primera fase; Los desplazados serán reasentados en siete localidades de Gaza, entre ellas Rafah, Jan Yunis, Deir al-Balah y otras. Además, se recogerán más de 50 millones de toneladas de escombros, desechos y bombas sin detonar, especialmente en la carretera de Saladino. La carretera de Saladino servirá como principal corredor de reconstrucción. Se espera que esta fase dure seis meses y cueste alrededor de 3 mil millones de dólares.
La segunda y media fase; Se iniciará la reconstrucción de los edificios dañados. Además, se construirán 400 mil viviendas permanentes y se restaurará la infraestructura básica, incluidas redes de agua, electricidad y telecomunicaciones, un puerto, un aeropuerto internacional, una red de transporte público y 20 mil hectáreas de tierras agrícolas. El costo estimado de esta etapa es de 20 mil millones de dólares y se completará en dos años.
Fase final; Se completarán los proyectos residenciales y se iniciará la construcción de instalaciones comerciales e industriales que abarcan 600 hectáreas y se completarán dentro de dos años y medio hasta 2030. Para esta fase se destinarán 30 mil millones de dólares.
Las agencias de la ONU, las instituciones financieras internacionales, los países donantes, los fondos de inversión, las agencias de desarrollo y los bancos de desarrollo, la inversión extranjera directa de empresas multinacionales y las organizaciones de la sociedad civil son las principales fuentes de financiación para la reconstrucción de Gaza en el plan propuesto por Egipto.
Según el plan aprobado por la Liga Árabe, se formará un gobierno compuesto por tecnócratas palestinos independientes y un “consejo de gestión” supervisará el gobierno interino de Gaza. Egipto y Jordania ayudarán a capacitar a la Policía palestina para mantener la seguridad.
El plan de El Cairo tiene ventajas sobresalientes en comparación con el plan de la administración Trump, porque primero, cubre casi todos los costos de reconstrucción de Gaza y segundo, no implica desplazamiento de población fuera de Gaza y permite a los palestinos que viven en Gaza, que son más de 2 millones, permanecer en su tierra. Alemania, Inglaterra, Francia e Italia, los cuatro principales países europeos, han apoyado el plan de El Cairo.
El plan mencionado, que ha sido bien recibido por Hamás, no adopta una posición específica sobre la administración de Gaza sin Hamás, y la Autoridad Nacional Palestina y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) se presentan como las principales instituciones para la gestión de la franja.
El Plan de El Cairo es una iniciativa multifacética con las siguientes visiones:
Uno; Proporciona condiciones de vida dignas a los residentes de Gaza mediante la reconstrucción de infraestructura vital.
Dos; Fomenta el crecimiento económico en Gaza creando oportunidades de empleo, apoyando a pequeñas empresas y promoviendo la inversión.
Tres; Facilita y acelera la entrega de ayuda humanitaria.
Cuatro; Se centra en establecer mecanismos de gobernanza fuertes y transparentes en Gaza apoyando el desarrollo de un Estado palestino unificado, promoviendo el imperio de la ley y capacitando a la sociedad civil.
Cinco; Reduce la tensión en la Franja de Gaza.
Seis; Atrae el apoyo de países de la región y organizaciones internacionales para la reconstrucción de Gaza.
Siete; Capacita a los palestinos que viven en Gaza para liderar el proceso de reconstrucción y autodeterminación a través de la participación comunitaria, el desarrollo de capacidades y la promoción de la propiedad local.
El gobierno de Estados Unidos y el régimen israelí se han opuesto a este plan. La razón está precisamente en sus puntos fuertes, especialmente el hecho de que los habitantes de Gaza no serán desplazados fuera de ella, y esto contrasta con el plan de Trump. Este plan no contempla ningún papel para Estados Unidos y el régimen israelí en la reconstrucción y el futuro político de Gaza.
Estados Unidos y el régimen sionista persiguen un objetivo específico y común en Gaza, que es imponer un nuevo marco político, de seguridad y geográfico allí, en el que no se mencione a Hamás ni la Resistencia en Gaza, y en el que esta región quede completamente y fundamentalmente eliminada del círculo de amenazas militares y de seguridad contra el régimen israelí.
Aunque la implementación del plan de reconstrucción de Gaza presenta complicaciones significativas debido a condiciones políticas y de seguridad específicas y enfrenta desafíos políticos y de seguridad (falta de acuerdo internacional, oposición de Estados Unidos y el régimen israelí, y la posibilidad de tensiones continuas), financieros (proporcionar recursos financieros, especialmente en una situación en la que muchos países enfrentan problemas económicos internos; sanciones y restricciones económicas impuestas a Gaza) y de implementación (calendario ajustado y gran volumen de infraestructura dañada), es un plan integral, completo y en gran medida realista para abordar los desafíos que enfrenta la Franja de Gaza. Su objetivo es crear una Gaza más próspera y estable que pueda contribuir a la paz y la seguridad regionales.
Sin embargo, si los conflictos y las tensiones militares continúan, la reconstrucción de Gaza enfrentará graves problemas. Cualquier nuevo conflicto podría deshacer los avances logrados en la reconstrucción.
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