Barsam Mohammadi, experto en cuestiones regionales
Jordania y Egipto son dos países que, según el gobierno estadounidense, deben crear las condiciones necesarias para aceptar a más de dos millones de habitantes de Gaza. Esta cuestión no solo ha encontrado una fuerte oposición por parte de Jordania y Egipto, sino que ha puesto las relaciones de El Cairo con Washington en un estado tenso por primera vez en más de tres décadas, hasta el punto de que el presidente egipcio ha cancelado su viaje previsto a Estados Unidos.
Hay dos suposiciones importantes con respecto a los objetivos de la administración Trump al proponer la evacuación de Gaza. Primero: Trump, como uno de los partidarios más firmes del régimen sionista entre los gobiernos estadounidenses, está buscando la limpieza étnica de Gaza; El plan que el régimen sionista no logró implementar durante los 16 meses de guerra, ahora lo está llevando a cabo Trump durante el período de alto el fuego, aprovechándose de la terrible situación humanitaria en Gaza. Segundo: La administración Trump, conociendo la sensibilidad de los países árabes e islámicos hacia Gaza, ha presentado este plan como una palanca para presionar a estos países, especialmente Egipto, Jordania, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, para que expulsen a Hamás de Gaza y destruyan la resistencia en esta ciudad.
Independientemente de cuál de las especulaciones mencionadas sea verdadera y correcta, el plan de Trump es una amenaza y un desastre total para los países árabes de la región; Porque, en primer lugar, la limpieza de Gaza despierta la ira de las naciones árabes y así causa problemas políticos, de seguridad y de otro tipo para los gobiernos árabes. En segundo lugar, es imposible que los intentos de los países árabes de expulsar a Hamás o a otros grupos de Resistencia de Gaza den resultado. En tercer lugar, no hay garantía de que Trump y el régimen sionista no presenten reclamaciones territoriales contra otros países árabes. Por lo tanto, la única solución disponible es oponerse firmemente a este plan.
Como se ha dicho, el pueblo de Gaza y la Resistencia palestina nunca permitirán que un plan así se haga realidad. Pero esto solo no es suficiente; El proceso que ha iniciado la administración Trump, en el que ha influido la pasividad de gran parte de los países árabes e islámicos durante los 16 meses de guerra, no se detendrá en Gaza y seguramente planteará consecuencias significativas para los países árabes e islámicos.
La fuerte oposición de varios países árabes, especialmente Egipto, a la expulsión de los residentes de Gaza y la reciente declaración emitida por Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Egipto, Jordania y la Autoridad Nacional Palestina sobre este asunto son pasos significativos, pero no suficientes.
Más allá de sus posiciones declaradas y su oposición, los países árabes tienen palancas poderosas en varias dimensiones para hacer que la administración Trump deje de lado su plan.
Una de las palancas eficaces a este respecto es la reconstrucción de Gaza, con los países árabes como líderes de este hecho. La reconstrucción de Gaza costará unos 60 mil millones de dólares, cantidad que no es difícil de aportar para los países árabes. Dado que la reconstrucción de Gaza es hoy la preocupación y prioridad más importante de la comunidad internacional, las instituciones internacionales y el mundo islámico con respecto a Gaza, si los países árabes pueden tomar la iniciativa a este respecto, se convertirán en partes importantes de los actuales y futuros acontecimientos en torno a Gaza. Mientras tanto, esta cuestión también aumentará la motivación para la resistencia entre la población de Gaza.
La segunda palanca es una coalición real contra los motivos racistas y de limpieza étnica de Trump. Es decir, una coalición que pueda ser eficaz y pueda colocar las consecuencias y los resultados de los esfuerzos de Trump para avanzar con su plan ante los ojos de Estados Unidos y el régimen sionista.
La siguiente palanca es el apoyo de los países árabes e islámicos a Jordania y Egipto en este asunto. Egipto y Jordania están en la lista de países que llevan años recibiendo ayuda financiera y económica de Estados Unidos. La amenaza de Egipto y Jordania de cortar esta ayuda es una de las principales palancas de presión de Trump para evacuar a la población de Gaza y trasladarla a esos dos países. Si otros países árabes pueden al menos satisfacer y resolver algunas de las necesidades y problemas económicos y financieros de Egipto y Jordania adoptando mecanismos prácticos, incluida la inversión extranjera, la concesión de préstamos, etc., y proteger las economías de estos países contra las amenazas estadounidenses, esta presión desaparecerá en gran medida, y El Cairo y Ammán también se opondrán más fácilmente al plan de Trump.
Aunque la administración Trump, según su propia declaración, busca tomar el control de Gaza bajo la autoridad estadounidense y basándose únicamente en su poder y sin considerar las regulaciones legales y políticas, los pueblos de Gaza y Palestina no permitirán que el plan de Trump se haga realidad bajo ninguna circunstancia. El apoyo efectivo y práctico de los países árabes a Gaza en este sentido no solo reducirá los costos de la resistencia palestina, sino que también creará algún tipo de seguridad para los países árabes contra futuras amenazas de Trump.
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