Houshang Sheikhi, investigador del Instituto de Estudios Políticos Hekmat
Teniendo en cuenta los acontecimientos en Siria, es evidente que el futuro de este país es incierto, y que cualquier cambio y transformación en cualquier ámbito es probable. Incluso Abu Mohamed al-Golani, el emir de Hayat Tahrir al-Sham, ha declarado explícitamente que redactar una nueva constitución puede llevar tres, y organizar elecciones puede llevar cuatro años. En tales circunstancias, varios países occidentales y árabes se reunieron en Riad el 12 de enero y hablaron sobre garantizar que Siria no sea un lugar para el terrorismo y que no haya violaciones de la soberanía ni ataques al territorio del país.
La reunión de Riad es un preludio a la reunión de Bruselas del 27 de enero, que está prevista para discutir la reducción de las sanciones contra Siria. La forma de levantar las sanciones contra Siria con el objetivo de gestionar el período de transición se ha convertido en un tema de discusión en los círculos occidentales.
Hoy en día, Siria, bajo el liderazgo de Golani, es testigo de la presencia de diversos actores extranjeros, y poco a poco podemos ver el surgimiento de disputas internas en este país. Los sangrientos enfrentamientos en el norte y este de Siria entre las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) y el Ejército Nacional Sirio, la reciente rebelión de algunos elementos armados afiliados a Tahrir al-Sham en las afueras de Deir ez-Zor y en el área de influencia de Al Uqaydat, o los conflictos en las afueras de Latakia, Tartús y Homs, todos ellos son signos graves de la activación de conflictos en Siria. Un país formado por diferentes grupos étnicos y religiosos, y que ha cambiado su bandera siete veces en los 79 años desde su liberación del dominio francés, tiene capacidad para disputas de identidad y tiene diversas experiencias de asesinatos en masa. Por lo tanto, en una situación influenciada por la acción de elementos externos, es posible que el destino de Siria no se determine necesariamente y fácilmente en las urnas.
Aunque Golani ha enfatizado que Arabia Saudí debe servir de un modelo para Siria en el desarrollo, y el primer viaje al exterior del jefe de relaciones exteriores del gobierno de Golani fue a Riad, independientemente de las diferencias fundamentales en la economía, la sociedad y la política entre Siria y Arabia Saudí, y la imposibilidad de implementar el modelo saudí en Siria, debido a los estrechos y extensos vínculos de Tahrir al-Sham con Doha y los intereses conflictivos de Riad y Doha en la región y en Siria, no será posible que este país siga el ejemplo de Arabia Saudí en el futuro. Aun así, Siria sigue siendo un campo de competencia entre los países árabes, especialmente Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos contra Qatar, y será de gran importancia en las cuestiones políticas y de seguridad de cada uno de estos países.
En cuanto a la opinión de los países occidentales activos en la crisis siria, naturalmente estos países ven las posiciones de Golani en línea con sus propias políticas. Además, la inacción de Tahrir al-Sham ante la ocupación del sur y suroeste de Siria por parte del régimen sionista y limitarse a la mediación de Qatar para la retirada del ejército israelí del territorio sirio, han hecho que este grupo parezca favorecido para los intereses de Occidente y sus aliados.
Sin embargo, en la reunión de Riad sobre Siria quedó claro que debido a la preocupación de los países occidentales por la diversidad de grupos armados y las acciones de elementos con antecedentes de pertenencia a organizaciones terroristas transnacionales, el fortalecimiento de la idea de autoayuda y autosuficiencia entre diversos grupos sirios, así como la posibilidad de levantamientos sociales en Siria, estos países dudan en levantar las sanciones contra Damascos. Por otro lado, dudas sobre el enfoque de Golani, hacen que la toma de decisiones sea difícil.
En la situación actual, la continuación de las crisis y conflictos internos en Siria y la intensificación de las intervenciones de los países occidentales y árabes en esta cuestión, además de consecuencias como la creación de nuevas oleadas de inmigración, conducirán al crecimiento de las actividades terroristas y takfiris, amenaza la seguridad regional y difunde amenazas más allá de la región, y es evidente que tales amenazas son contrarias a los intereses de los países regionales y occidentales y coinciden con los intereses estratégicos de Tel Aviv. La fuerza impulsora detrás de tal escenario es el régimen sionista, con diversos motivos estratégicos para continuar su ocupación en la región, que también fue una de las principales preocupaciones de los países árabes en la reunión de Riad. El escenario de dividir Siria en cuatro cantones suní, drusa, alauita y kurda, propuesto por Eli Cohen, miembro del gabinete de Netanyahu, busca allanar el camino para la activación de los conflictos dentro de Siria e intensificar las tensiones regionales. Esta cuestión y el levantamiento de las sanciones contra Siria son una preocupación importante para los países participantes en la cumbre. Queda por ver hasta qué punto los países occidentales y árabes interesados alcanzarán decisiones finales y definitivas sobre Siria en las próximas reuniones.
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