Hamid Khosh Ayand, experto en cuestiones regionales
Hasta el momento no se ha publicado ninguna versión oficial del acuerdo de alto el fuego, pero lo que está claro es que la Resolución 1701 es la base principal del cese de fuego.
En cuanto a las dimensiones, los motivos, las consecuencias y las perspectivas del reciente alto el fuego, hay puntos importantes, los más importantes de los cuales vienen a continuación:
1- Aunque Estados Unidos ha anunciado que el alto el fuego entre el Líbano y el régimen sionista es permanente, esto no se nota de las declaraciones de las autoridades sionistas y de Hezbolá.
En sus declaraciones, Netanyahu afirmó: “El acuerdo de alto el fuego no es ideal, pero es una elección entre lo malo y lo peor. El alto el fuego con el Líbano no significa el fin de la guerra y puede que sea breve”. Hezbolá también emitió una declaración y enfatizó: “Los combatientes están bien preparados para hacer frente a la codicia del enemigo sionista y sus ataques”.
2- Desde cualquier ángulo que se mire la cuestión del alto el fuego, aceptarlo es en una derrota para el régimen sionista. En primer lugar, la atmósfera reinante en los círculos políticos, los medios de comunicación, las corrientes opositoras y críticas y la opinión pública interna de los territorios ocupados muestra que la aceptación del alto el fuego por parte del régimen sionista significa la aceptación de una derrota sin ningún logro contra Hezbolá, algo que está en clara contradicción con los objetivos estratégicos para atacar al Líbano.
En segundo lugar, las declaraciones de Netanyahu que presentó el alto el fuego como una elección entre el mal y lo peor, muestran que el régimen sionista fracasó en el ataque al Líbano y, de no ser así, no habría aceptado un alto el fuego ni habría adoptado tal posición al respecto.
3- El reciente alto el fuego no se estableció a petición de Hezbolá ni del régimen sionista. Hezbolá ya ha anunciado muchas veces que continuará la guerra hasta que se detenga por completo la invasión del régimen sionista en Gaza. Además, el régimen había declarado claramente que continuaría la guerra en el Líbano hasta lograr sus objetivos, es decir, la destrucción de Hezbolá y el regreso de los refugiados sionistas a las regiones del norte.
Ahora bien, la pregunta que se plantea aquí es ¿por qué mientras ambas partes aumentaron la profundidad y la intensidad de sus ataques, de repente se estableció un alto el fuego? Se pueden identificar factores políticos y de campo de batalla en la implementación de este alto el fuego.
Por supuesto, no se pueden ignorar las motivaciones de la administración Biden para poner fin a esta guerra, influenciadas principalmente por dos factores importantes; Primero, reconstruir su imagen política en los últimos días de su administración, en una situación en la que su gobierno y los demócratas han recibido severas críticas internas e internacionales por apoyar la guerra, lo que seguramente será utilizado en su contra después del final de su mandato presidencial. Segundo, no darle a Trump la oportunidad de aprovechar la cuestión de alto el fuego después de entrar en la Casa Blanca.
Pero lo que realmente hizo que el régimen sionista aceptara un alto el fuego y detuviera la guerra en el Líbano fue el campo de batalla. De hecho, Estados Unidos y el régimen sionista alcanzaron un entendimiento realista del proceso y la perspectiva de los acontecimientos relacionados con la guerra contra el Líbano y Hezbolá.
El régimen sionista atacó el Líbano con el objetivo de capturar 800 kilómetros de suelo libanés desde las fronteras del sur hasta el río Litani en un periodo de tres semanas, y luego, con la vuelta de los refugiados sionistas a sus hogares (el principal objetivo de la guerra), en el plazo de un año y durante una operación pacífica, estabilizar las zonas ocupadas y finalmente destruir la organización, estructura, posiciones y bases de Hezbolá en el sur del Líbano.
El régimen sionista dedicó más del doble del tiempo definido y, a pesar del despliegue de 75 mil fuerzas militares, no pudo ocupar ni un solo pueblo. Esto a pesar de que en casi dos meses de guerra, además de las grandes pérdidas económicas, también ha sufrido muchas bajas militares. Según las estadísticas de los sionistas, más de 120 personas murieron y 1200 resultaron heridas.
Cabe destacar que mientras la estrategia declarada de Israel fue la vuelta de los refugiados judíos a las aldeas y ciudades del norte de Palestina, Hezbolá aumentó con sus ataques al menos 8 veces el número de estos refugiados. ¿Tenían Israel y Estados Unidos otra opción que aceptar el alto el fuego en una situación en la que los acontecimientos futuros no beneficiaban en absoluto a los sionistas?
El gabinete de guerra del régimen israelí había afirmado que gozaba de las condiciones necesarias para continuar una guerra de desgaste. Pero su fracaso en lograr sus objetivos en el Líbano por un lado, y las tácticas y estrategias operativas de Hezbolá, que adquirían cada día nuevas y peligrosas dimensiones por el otro, demostraron que el régimen, contrariamente a lo que se afirmaba anteriormente, no puede sobrevivir en una guerra de desgaste.
El hecho de que, por primera vez desde la creación del régimen sionista, Hezbolá atacara Haifa y Tel Aviv con sus misiles (no se sabe qué pasaría con el régimen sionista si estos ataques continuaban), definitivamente fue eficaz en el cambio de las estimaciones del régimen sionista y de Estados Unidos sobre los acontecimientos venideros.
El régimen sionista, que hasta hace un mes se negaba a aceptar un alto el fuego bajo un plan completamente a su favor, suponiendo que una victoria militar decisiva sobre Hezbolá estaba cerca, finalmente aceptó un acuerdo que le fue perjudicial.
Por lo tanto, lo que puso al régimen sionista y al gobierno estadounidense en una posición tan débil, de manera que se vieron obligados a elegir malo entre malo y lo peor, fueron los misiles, los drones y las operaciones de Hezbolá, que se habían convertido en un proceso complejo, destructivo y estratégico, y por cada día que duraban, reducían días de la vida del régimen sionista.
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