Dr. Mohammad Mehdi Mazaheri, profesor universitario
La autoconfianza que el apoyo de los países occidentales ha dado al primer ministro del régimen israelí, ha provocado que Israel anuncie que dará una respuesta más dura al ataque con misiles de Irán. Esta situación ha puesto a la región en un estado de crisis y tensión, y el anuncio de la transferencia inmediata del sistema de defensa anti-aérea THAAD de Estados Unidos al régimen israelí y los movimientos militares de Washington en sus bases en la región han echado leña al fuego y han intensificado las preocupantes.
En respuesta a tal situación, mientras las fuerzas militares iraníes están preparadas para enfrentar posibles amenazas, el Ministerio de Relaciones Exteriores del país ha sido muy activo para evitar la propagación de la guerra. La gira regional del ministro de Asuntos Exteriores en los países árabes y musulmanes de la región indica que Irán, mientras está preparado para defenderse, no quiere que continúen las tensiones en la región y cree que una paz regional integral solo puede lograrse mediante la cooperación y e iniciativas rápidas y precisas presentadas por parte de todos los países de la región.
Aunque la respuesta oficial de todos los líderes de la región ha sido su creencia e interés en prevenir una guerra regional, pero como en la política exterior y en las relaciones internacionales, las políticas declaradas de los países no son muy confiables, y son sus intereses ocultos y multifacéticos que afectan a los acontecimientos en la región, parece que no se puede adivinar cuál será la posición real de estos países si se amplía el alcance de las tensiones.
En cuanto a China y Rusia todo está claro; China siempre se ha abstenido de intervenir directamente en las tensiones políticas y de seguridad de la región y se ha limitado a emitir declaraciones generales enfatizando la necesidad de que los bandos se moderen y eviten la propagación de la guerra. Por otro lado, Rusia que está atrapada en la guerra de Ucrania, y el apoyo total de los países occidentales a Ucrania ha impedido su victoria relámpago, posiblemente no impedirá la apertura de nuevos frentes de guerra para Estados Unidos y otros países occidentales debido a sus propios intereses. Por supuesto, es posible que los funcionarios del Kremlin intenten compensar las ayudas recibidas por parte de Irán mediante alguna cooperación en materia de inteligencia, pero según las noticias e información oficiales, parece que no están dispuestos a apoyar más a Irán contra el régimen de Israel y los países occidentales.
En tal situación y junto con las negociaciones regionales, el componente más importante para una salida digna y poderosa de Irán de las crisis existentes, es confiar en los componentes del poder nacional. El poder nacional no se limita solo al poder de misiles de Irán, sino que incluye un conjunto de elementos como la población, superficie, profundidad estratégica, poder económico, poder militar, poder mediático, apoyo popular, confianza social y, por supuesto, la unidad nacional. Sin duda, la República Islámica de Irán no puede diseñar e implementar una política exterior eficaz basándose únicamente en uno de los componentes del poder nacional. En la situación actual, Irán necesita una estrategia multifacética en la que se preste atención a todos los factores del poder nacional.
Por supuesto, algo muy importante que hemos aprendido en la guerra de ocho años contra Irak es que los componentes del poder nacional no tienen el mismo peso, e incluso en caso de debilidad y desigualdad del poder del país en los campos económico, militar y mediático, el apoyo popular unificado y la unidad nacional pueden cambiar el juego a nuestro favor.
“Unidad” significa compatibilidad y cooperación, y cuando hablamos de unidad nacional en política exterior, queremos decir que la sociedad y todos los partidos y grupos, independientemente de sus actitudes partidistas e intereses individuales y grupales, deberían cooperar entre sí a favor de una causa sagrada, es decir los intereses nacionales, y eviten que sus diferencias dañen los intereses del país y del pueblo.
En la situación crítica actual que se debe a las locas políticas del derechista primer ministro del régimen sionista, la unidad nacional puede ser un fuerte apoyo para las autoridades del país para salvar a Irán y a la región del peligro de una guerra a gran escala. Así que es necesario que el gobierno y los funcionarios de política exterior escuchen diferentes voces y recomendaciones compasivas y racionales, y al evitar el egocentrismo y el unilateralismo en la toma de decisiones, no obstaculicen la unidad nacional. También es obligatorio que el pueblo y los partidos políticos presenten sus peticiones con paciencia y de acuerdo con las capacidades y restricciones actuales del país y no permitan que su voz de desacuerdo y protesta se convierta en un instrumento de injerencia extranjera en los asuntos del país.
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