Amin Rezaeinejad, experto en temas del subcontinente indio
Esta cuota, siempre cuestionada, afecta en particular a dos grupos. Los miembros de la Liga Awami de Bangladés (el partido de la actual primera ministra Sheikh Hasina), y los hindúes bengalíes.
En 2018 también hubo disturbios en torno a las cuotas, cuando Sheikh Hasina, la primera ministra de Bangladesh, canceló todas las cuotas mediante el anuncio de una orden ejecutiva. Pero los esfuerzos por restaurar las cuotas, que representan un total del 56% de los empleos gubernamentales en Bangladesh, llevaron a un resurgimiento de los opositores a las cuotas.
A pesar de las sucesivas victorias de Sheikh Hasina en las recientes elecciones, en esas protestas se hizo más evidente la fragilidad de la relación entre la sociedad civil y el gobierno durante su mandato. Los manifestantes encabezados por el opositor Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP) iniciaron protestas callejeras. En reacción al inicio de las protestas, Sheikh Hasina llamó a los manifestantes “Rezakar” (una palabra persa importada a las lenguas del subcontinente indio y que significa voluntario). Rezakar es un término aplicado a los mercenarios bengalíes pro-pakistaníes durante la guerra civil que fueron cómplices del genocidio, saqueo y agresión sexual de la población local por parte de las fuerzas paquistaníes en ese momento. Esto, empeoró la situación y provocó la extensión de los conflictos y la tendencia de los manifestantes a acciones violentas.
En cuanto a la causa de estas protestas, podemos señalar razones políticas y económicas. Los manifestantes creen que el retorno del sistema de cuotas se produce para mantener la posición del gobierno pro-indio de Sheikh Hasina en los niveles burocráticos de este país y, por otro lado, a pesar del rápido crecimiento económico de Bangladesh bajo el liderazgo de la Sra. Hasina, este país sigue siendo pobre y la tasa de desempleo ronda el 20% y, como resultado, los empleos gubernamentales son muy buscados por los jóvenes debido a su estabilidad.
A medida que las protestas se intensificaron, la Corte Suprema del país intervino y redujo la cuota del empleo del 56%, del cual el 30% pertenecía a las familias de los combatientes de la guerra civil. Ahora estas cuotas se han reducido al 5% para estas familias y al 2% para otros grupos. Así que en teoría, el 93% de los empleos están disponibles para otros miembros de la sociedad bangladesí.
La medida del Tribunal Supremo puede considerarse un factor aliviador para las dos partes implicadas. Pero las protestas son como fuego bajo las cenizas. La creciente frustración entre los jóvenes bangladesíes los ha convertido en bombas de relojería. Sheikh Hasina debería conversar con los representantes estudiantiles y con el Partido Nacionalista de Bangladesh y llegar a una solución integral para el problema de las cuotas de empleo en este país. La constante hostilidad entre el gobierno y la oposición también daña las instituciones de Bangladesh y debilita el sistema político del país. Por otro lado, la orden del Tribunal Supremo de realizar una investigación independiente sobre el elevado número de muertes de manifestantes y su reconocimiento por parte de la Liga Awami puede aliviar en cierta medida la situación actual, aunque los manifestantes han anunciado que se mantendrán en las calles hasta la liberación de sus líderes. Por supuesto, tras diez días, se conectó Internet en este país y se estableció la comunicación con el exterior. Por ahora, hay una paz relativa en Bangladesh; Pero una pequeña chispa puede empeorar mucho las cosas.
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