Mohammad Khajui, investigador sobre cuestiones libanesas
El día 27 de noviembre, se firmó un acuerdo de alto el fuego entre el régimen israelí y el Líbano. Sin embargo, este acuerdo de alto el fuego no se ha aplicado plenamente. Se suponía que el régimen israelí retiraría sus fuerzas del sur del Líbano después de dos meses, pero esto no sucedió y las fuerzas del régimen están actualmente estacionadas en cinco lugares del sur del Líbano. Por otra parte, el régimen israelí ha llevado a cabo numerosos ataques contra diversas zonas del Líbano durante este período, con la justificación de que en dichas zonas se almacenaban armas de Hezbolá. El régimen israelí también ha asesinado a individuos que, según afirma, se encuentran entre las fuerzas y comandantes efectivos de Hezbolá. Tres de estos ataques tuvieron lugar después del acuerdo de alto el fuego en los suburbios del sur de Beirut (Dahiyeh), donde también se encuentra la sede de Hezbolá. Parece que el régimen israelí persigue tres objetivos específicos con estos ataques:
El primer objetivo es preservar y estabilizar la nueva ecuación de seguridad que se formó después de la reciente guerra, lo que fue el resultado de los golpes que sufrió Hezbolá.
De hecho, el régimen israelí está tratando de consolidar e imponer su superioridad en términos de seguridad en esta región y tiene la libertad de atacar lo que considere oportuno. Esta libertad de acción del régimen israelí en medidas de seguridad, asesinatos y ataques es la nueva ecuación de seguridad que se ha formado en esta región y que el régimen busca estabilizar.
El segundo objetivo es impedir que Hezbolá recupere su poder. Estos numerosos ataques podrían realmente desafiar a Hezbolá en su camino hacia la recuperación de poder.
El tercer objetivo es presionar al gobierno libanés para que avance en el proyecto de desarmar completamente a Hezbolá. A pesar del debilitamiento de Hezbolá, la reciente guerra no condujo al gran objetivo del régimen israelí de desarmar completamente a Hezbolá. Desde entonces, el régimen israelí, mediante sus ataques al Líbano por un lado y la presión política estadounidense sobre el gobierno libanés por el otro, ha buscado llevar la situación a un punto en el que Hezbolá quede completamente desarmado.
Parece que esta situación continuará, pero si la estrategia de numerosos atentados, asesinatos y presiones políticas no logra llevar a Hezbolá a desarmarse completamente, existe la posibilidad de otra guerra entre el régimen israelí y el Líbano con luz verde de Estados Unidos. Hoy en día, Estados Unidos ha dado plena libertad al régimen israelí en lo que se refiere a cuestiones de seguridad nacional. De la misma manera, Washington no está tomando actualmente ninguna medida para impedir las acciones del régimen israelí en el Líbano, e incluso existe la posibilidad de que el régimen intensifique sus acciones en el futuro para lograr su gran proyecto de desarmar a Hezbolá.
Respecto a las opciones que tiene ante sí el Líbano, hay que decir que la verdad es que el gobierno libanés no es capaz de ejercer presión sobre el régimen israelí en las actuales circunstancias, y solo de vez en cuando el presidente o el primer ministro libanés hacen protestas políticas y mediáticas, y acaban pidiendo a Estados Unidos y Francia, como las dos partes que observan el acuerdo de alto el fuego, que pidan al régimen israelí que cese los ataques al Líbano.
Además, el ejército libanés, que ha sido desplegado junto a las fuerzas de la ONU en las zonas de las que se ha retirado Hezbolá, no ha tomado ninguna medida disuasoria para detener los ataques de Israel. Esto, mientras que Hezbolá no ha tomado ninguna medida contra el régimen israelí después del acuerdo de alto el fuego y ahora la pelota está en la cancha del gobierno. En otras palabras, el gobierno libanés, que hoy enfatiza que el monopolio de las armas debe estar en manos del gobierno, se ha enfrentado a una situación en la que la responsabilidad de garantizar la seguridad también ha recaído sobre sus hombros. En esta situación en la que la incapacidad del gobierno para proporcionar seguridad se ha hecho evidente, la lógica de Hezbolá sobre la necesidad de que la Resistencia posea armas se ha vuelto más clara que nunca.
En otras palabras, Hezbolá no ha realizado ninguna acción provocativa durante este período para no darle una excusa a la otra parte. Pero vemos que el gobierno y el ejército libaneses no han podido proporcionar seguridad, y esto ha creado una situación compleja. Una mirada histórica a los acontecimientos del Líbano muestra que es la capacidad de la Resistencia la que puede actuar como factor para salvar al país y enfrentar los ataques del régimen israelí.
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