Amin Rezaeinejad, experto en cuestiones del subcontinente indio
La primera cuestión es la creciente superioridad militar de la India sobre Pakistán. Los cazas F-35, que utilizan las últimas tecnologías de baja detectabilidad (stealth) y capacidades de inteligencia artificial, pueden representar una seria amenaza para cualquier defensa antiaérea paquistaní. Una habilidad que antes era muy desafíante. Por ejemplo, en los enfrentamientos fronterizos entre India y Pakistán en 2019, un avión de combate indio fue derribado por la defensa antiaérea del ejército paquistaní en el área de la Línea de Control, y el piloto indio fue capturado. La India tiene una superioridad significativa sobre Pakistán en términos de capacidades militares, y al estar equipada con estos aviones de combate, esta superioridad aumentará aún más. En la actualidad, la Fuerza Aérea de Pakistán principalmente cuenta con cazas chinos más antiguos (como el JF-17 Thunder) y rusos (como el MiG-29 y el Su-30), que son tecnológicamente inferiores al F-35. Esto podría provocar un cambio importante en el equilibrio aéreo entre ambos países. Además, el acceso de la India al F-35 podría tener un impacto psicológico significativo en Pakistán, reforzando un sentimiento de debilidad y amenaza en el país. Por otro lado, esto podría conducir a un aumento de las tensiones bilaterales e incluso a la posibilidad de crisis militares entre los dos países, y aumentar el atractivo de los sistemas de defensa iraníes para la parte paquistaní, dado su exitoso desempeño contra aviones estadounidenses e israelíes en los últimos años.
Por otra parte, es probable que Pakistán quiera fortalecer sus relaciones militares con China y exija equipamiento militar más avanzado de este país. Esto podría conducir a una intensificación de la competencia entre China y la India en la región. Además, Pakistán puede buscar una guerra asimétrica y fortalecer a milicias o desarrollar armas nucleares más pequeñas (tácticas) para cambiar el equilibrio de poder a su favor.
La competencia estratégica con China es otra cuestión que podría complicar aún más las dimensiones de este evento. China está avanzando actualmente hacia el desarrollo de sus propios aviones de combate avanzados, como el Chengdu J-20 y el Shenyang J-31. Sin embargo, los aviones de combate F-35 todavía están a un nivel superior en términos de tecnología y rendimiento. El acceso de la India a estos cazas podría suponer una amenaza directa a la Fuerza Aérea de China. India y China compiten estratégicamente entre sí en la región del Océano Índico, y al equiparse con el F-35, India puede aumentar sus capacidades de vigilancia aérea y control de la región del Indo-Pacífico y así ejercer más presión sobre Pekín.
Por otro lado, es probable que China aproveche esta oportunidad para fortalecer sus lazos militares con Pakistán. Esto podría conducir a una escalada del triángulo competitivo “India-China-Pakistán”. Una competición en la que, por su extenso nivel, también pueden participar Irán y Rusia. Además, China podría invertir más en el desarrollo de cazas furtivos y otras tecnologías militares avanzadas para contrarrestar la amenaza del F-35.
La venta del F-35 a la India representa un fortalecimiento del eje estratégico India-EEUU frente a la influencia china en la región. Esto podría conducir a la formación de un nuevo equilibrio de poder en el subcontinente indio. Como miembro del Quad (integrado por Estados Unidos, Japón, Australia e India), India desempeña un papel importante a la hora de limitar la influencia de China en los océanos Pacífico e Índico. Equipar a la Fuerza Aérea India con el F-35 podría fortalecer este papel e incluso extender el alcance de la competencia entre India y China a la región de Asia del Sur.
La venta del F-35 a la India puede identificarse como un “factor provocador”. Un factor que está provocando que otros países de la región, incluidos Pakistán y China, aceleren sus programas armamentísticos. Esto podría conducir a un aumento de los presupuestos militares de esos países, sacrificando efectivamente su desarrollo económico para el desarrollo de un conflicto armado. Sin embargo, dado el tamaño de las economías de India y China, es Pakistán el que sufre más esta competencia que esos dos países. Las crecientes tensiones militares también podrían incrementar el riesgo de que se utilicen armas nucleares en la región, especialmente considerando que los tres países (India, Pakistán y China) poseen armas nucleares.
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