Farshad Adel, secretario general del Think Tank de Estudios Estratégicos de Irán y China
En las últimas décadas, China ha estado tratando de aumentar su influencia en diferentes regiones del mundo destacando “el desarrollo conjunto, multilateralismo e intereses de ganar-ganar”. Mientras tanto, la relación con los países árabes de Asia Occidental es un asunto de gran importancia para China, tal y como este tema se ha abordado en detalle en el “Documento de política de China para el mundo árabe”, aprobado en 2016.
Las descripciones hechas por este documento sobre el alcance de las relaciones de China con los árabes a lo largo de la historia indican un intento de crear una perspectiva en la que estén presentes diversas áreas como la cooperación política y comercial, la inversión, el desarrollo de la cooperación social en los campos de la sanidad, la tecnología y la agricultura, así como la cooperación en los campos del desarrollo de vínculos entre pueblos de las partes. En este documento se han mencionado los intercambios financieros de alto nivel, el desarrollo de la cooperación en tecnologías como la energía nuclear, así como el desarrollo de infraestructura y el fortalecimiento bilateral en los asuntos internacionales.
China ha creado esta visión para comunicarse seriamente con los países árabes. Cabe señalar que el comercio de Pekín con los seis miembros del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo Pérsico ha aumentado de 10 mil millones de dólares en 2000 a más de 230 mil millones de dólares en 2021, y a finales de 2022, los seis países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico, con un volumen comercial de más de 315 mil millones de dólares, fueron los mayores socios comerciales de China. Además, el valor de las inversiones y activos de los países árabes en China alcanzó más de 5 mil millones de dólares a finales de 2023, y la mayoría de estas inversiones se han realizado en los campos de la energía y la petroquímica.
La cooperación de China con el régimen sionista también se ha ampliado en varios campos como infraestructura, agricultura y educación. El comercio bilateral de China con Israel alcanzó un récord de 21 mil millones de dólares en 2022. Las empresas chinas han firmado alrededor de 500 acuerdos de inversión en los territorios ocupados durante la última década, principalmente en el sector tecnológico, centrándose en áreas como las telecomunicaciones y la inteligencia artificial.
El desarrollo de la cooperación de China en la región de Asia Occidental está cambiando la faz de esta región y es natural que las inversiones realizadas hagan más destacado el papel de China en la región. Pero no parece que China esté actualmente interesada en mejorar su papel en los campos de seguridad en Asia Occidental.
Esta afirmación se hace más fuerte cuando le echamos un vistazo a la posición de China respecto a los acontecimientos en Gaza; Ya que a pesar de condenar la matanza de civiles y no apoyar las afirmaciones de que el acto de Hamás del 7 de octubre de 2023 fue terrorista, China ha tratado de mantenerse lejos de esta crisis y continúa enfatizando soluciones diplomáticas como la solución de dos Estados.
La posición de China sobre la cuestión siria también se ha mantenido firme, y a pesar de que Pekín ha utilizado su derecho de veto 10 veces en resoluciones críticas del Consejo de Seguridad contra el gobierno de Ásad y ha invertido más de 3 mil millones de dólares en la industria del petróleo y gas de Siria, ha adoptado un enfoque cauteloso ante la caída de Ásad y ha enfatizado una solución política para la estabilidad en este país. Por supuesto, China intentará ser eficaz en el futuro de Siria a través de sus estrechas relaciones con los países árabes y, en tal situación, el peligro más importante que amenazará los intereses de China es la inestabilidad en Siria y su propagación a las regiones vecinas.
Desde el punto de vista de China, los países de la región de Asia Occidental dependen unos de otros para garantizar su seguridad, y la inestabilidad en cualquiera de estos países, no solo afecta a otros países de la región, sino que también puede afectar a partes de China como Sinkiang. Por lo tanto, podremos hablar de seguridad para Asia Occidental solo cuando los países de esta región logren un desarrollo conjunto enfatizando los beneficios mutuos con herramientas como corredores de desarrollo, estar en la cadena de valor y la cohesión económica. Mientras tanto, al enfatizar su compromiso de mantener el multilateralismo y respetar plenamente los principios de gobernanza de los países, China se ha convertido en un socio confiable para los países de Asia Occidental, lo que puede brindarles acceso a un desarrollo con resultados beneficiosos para China y Asia Occidental.
China trata de no involucrarse directamente en los acontecimientos de seguridad de Asia Occidental, no desempeñar el papel de amenaza a los intereses de seguridad de Estados Unidos en la región y mantener centrada su competencia de seguridad con Estados Unidos en el estrecho de Taiwán y el mar de la China Meridional.
La estrategia de China para desempeñar un papel de seguridad en Asia Occidental no es una intervención directa, sino el uso de la estrategia de “desarrollo para crear estabilidad”, lo que ya ha puesto a prueba en la provincia de Sinkiang, que enfrentaba importantes desafíos de seguridad como el separatismo y la existencia de movimientos takfiri, y tuvo éxito.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de China por ampliar su influencia económica en la región a través de desarrollar el comercio y las inversiones bilaterales, proyectos de infraestructura y cooperación tecnológica, también ha establecido una creciente cooperación en materia de seguridad con varios países de Asia Occidental. La producción conjunta de drones entre “China North Industries Corporation (Norinco)” y “Emirates Golden Group International Company”, la cooperación con Arabia Saudí en la producción de misiles balísticos y ejercicios militares y los programas de entrenamiento conjuntos con Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Qatar, junto con las crecientes relaciones geoeconómicas, así como el establecimiento de la primera base permanente de apoyo logístico militar en Yibuti, brinda a China la posibilidad de cambiar su papel en materia de seguridad en Asia Occidental en las próximas décadas. Pero lo que parece seguro en la situación actual es que China no hará un cambio repentino en sus políticas de seguridad en Asia Occidental.
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