Los feroces enfrentamientos del Hayat Tahrir al-Sham con las fuerzas del ejército sirio son una violación del “Proceso de Astaná” firmado en marzo de 2020 con la participación de Rusia, Irán y Turquía. Según el “Proceso de Astaná”, las afueras de Alepo e Idlib se encuentran entre las zonas de reducción de tensiones.
Los ataques de Tahrir al-Sham, que cuenta con el apoyo de algunos países extranjeros, y contrariamente a las declaraciones y posturas multifacéticas, comenzaron con la gestión entre bastidores de Estados Unidos, el régimen sionista y posiblemente Turquía y algunos países árabes, sigue objetivos muy específicos, incluida la ocupación de Alepo y la reconquista de las zonas perdidas en 2020.
La imposición del reciente alto el fuego al régimen sionista es otra razón de estos ataques, y el movimiento que está insatisfecho con el acuerdo de alto el fuego y los éxitos de Hezbolá, Siria y la República Islámica de Irán frente al régimen sionista, busca debilitar la Resistencia Islámica abriendo un nuevo frente en Siria, y así quiere cortar la conexión logística de Irán con la Resistencia del Líbano y Palestina. Es evidente que el régimen sionista es uno de los principales interesados en este caso ya que los círculos políticos, militares y de seguridad del régimen han acogido con satisfacción los acontecimientos relacionados con la guerra en las regiones occidentales de Siria.
Además, existen corrientes dentro de los países árabes que creen que el gobierno de Bashar al-Ásad no ha podido o no ha querido actuar de acuerdo con las políticas y expectativas del mundo árabe desde que se ha acercado a ellos, por lo tanto, utilizan los conflictos en Alepo y sus alrededores como palanca de presión contra el presidente sirio.
Por otro lado, no debemos ignorar el papel eficaz y entre bastidores de la Casa Blanca. Al parecer, el equipo de Biden que sufrió una dura derrota en las últimas elecciones y está a punto de entregar el poder a Trump, está tratando de crear condiciones que dificulten cualquier posible interacción entre Trump y Putin.
Por otro lado, no podemos ignorar la contribución y el papel eficaz que Turquía tiene en los acontecimientos de Alepo y sus alrededores. En primer lugar, Ankara proporciona apoyo militar y de inteligencia a Tahrir al-Sham. En segundo lugar, las fuerzas, bases y equipos militares turcos están presentes en las regiones del norte de Siria. En tercer lugar, el ataque a Alepo e Idlib no ha sido posible sin el consentimiento de Turquía. En cuarto lugar, la ocupación de Alepo e Idlib contribuirá significativamente a la realización de los objetivos de Turquía en Siria, ya que por un lado garantiza la seguridad de las fronteras del sur de Turquía amenazadas por las fuerzas kurdas, y por otro lado fortalecerá la posición de Turquía y aumentará su influencia en Siria, y finalmente, el gobierno de Ankara utilizará esta guerra como herramienta para presionar a Bashar al-Ásad, quien no ha estado dispuesto a reunirse y hablar con Erdoğan antes de la retirada de las fuerzas turcas de Siria.
Con respecto a lo que está sucediendo en Alepo y sus alrededores, es necesario prestar atención a los siguientes puntos:
1- Alepo, como una ciudad muy importante para controlar los recursos y áreas estratégicas de Siria, es un campo de juego complejo debido a la multitud de actores nacionales, regionales e internacionales interesados en ella. La ubicación de Alepo es de importancia estratégica para todas las partes internas, regionales e internacionales en Siria. Por eso la guerra de Alepo se llama la madre de las guerras.
2- La velocidad del avance de los grupos armados en Alepo e Idlib y la ocupación de algunas partes de ellos (por supuesto, no se debe ignorar la falta de preparación del ejército sirio), muestra claramente que los grupos terroristas liderados por Tahrir al-Sham llevaban mucho tiempo preparándose para esta guerra. Los esfuerzos anteriores de Tahrir al-Sham como el grupo terrorista más grande para atraer a otros grupos también tuvieron éxito, y esta guerra comenzó después de la unidad de todos los actores, incluidos los extranjeros. Al mismo tiempo, el comienzo de tales movimientos con un avance repentino y a gran escala sin luz verde ni el apoyo de actores regionales e internacionales interesados, incluidos Estados Unidos, Turquía y el régimen sionista, no era ni es posible.
3- Por el momento, los grupos terroristas y sus partidarios extranjeros no ven una razón para detener la guerra en Alepo. En particular, los grupos terroristas y sus partidarios extranjeros piensan que a diferencia de años anteriores, cuando la Resistencia Islámica, incluido Hezbolá, desempeñaba un papel eficaz en la lucha contra ISIS y otros grupos terroristas, hoy se encuentra en una posición débil y es un buen momento para el derrocamiento del sistema político sirio.
Tal percepción es definitivamente una comprensión falsa de la posición, la fuerza y el estatus de la Resistencia Islámica, especialmente Hezbolá. Aunque Hezbolá sufrió mucho en la reciente guerra en el Líbano, no ha perdido sus palancas y herramientas de poder y se ha recuperado y reconstruido inmediatamente en las últimas semanas. Hezbolá, que salió victorioso de la batalla más difícil, complicada e intensa de los últimos 75 años con el régimen sionista, es más fuerte que hace unos años.
Además, la lucha contra los grupos terroristas ahora forma parte de la agenda de la Resistencia Islámica y la República Islámica de Irán, y nada puede impedir que la Resistencia Islámica desempeñe su papel en el enfrentamiento a los grupos terroristas en Alepo y sus alrededores, sobre todo en una situación en la que los movimientos terroristas y la inseguridad en Siria se encuentran entre las líneas rojas de la Resistencia Islámica y de Irán.
4- La guerra de Alepo e Idlib tiene una diferencia evidente con las guerras anteriores que conviene señalar; Los elementos internos y externos del frente de guerra están tratando de magnificar sus logros apoyándose en una guerra híbrida y cognitiva. En una guerra cognitiva, lo que sucede en el campo de batalla es significativamente diferente de lo que publican los círculos políticos y mediáticos de la oposición y los terroristas.
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