Una mirada al proceso de cambios de la OTAN después de la disolución de la Unión Soviética y el ataque de Rusia a Ucrania, muestra claramente la actual situación de seguridad en Europa.
La situación política, económica y de seguridad de la Unión Europea debe dividirse en antes y después de la guerra de Ucrania. Después de la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos europeos intentaron formar una unión global con convergencia económica y luego política y de seguridad para poder desempeñar un papel activo en las ecuaciones políticas, económicas y de seguridad del mundo. Durante el período del sistema bipolar, debido al paraguas de seguridad estadounidense, la OTAN jugaba su papel bajo la sombra de los Estados Unidos en las ecuaciones políticas, económicas y de seguridad, pero después de la disolución de la Unión Soviética, Francia como un miembro disidente de la OTAN, trató de cambiar los órdenes de seguridad de esta organización. Al mismo tiempo, Charles de Gaulle sacó a este país de la rama militar de la OTAN. Los franceses creían que podían formar órdenes de seguridad europeos independientes fuera de la OTAN. Dado que la filosofía existencial de la OTAN había desaparecido tras la disolución del Pacto de Varsovia, los franceses pensaron que podían aprovechar al máximo este vacío de la filosofía existencial de la OTAN para mejorar la posición de Europa en las ecuaciones globales. Pero las sangrientas crisis en la península de los Balcanes en la primera mitad de la década de 1990 y la crisis de Kosovo a finales de los años de 1990 demostraron que los europeos son incapaces de manejar las crisis de sus países vecinos y Estados Unidos también aprovechó al máximo las crisis de la península de los Balcanes en la década de 1990 para mostrar la necesidad de la existencia del paraguas de seguridad de la OTAN en Europa.
Pero la teoría de formar una estructura de seguridad europea independiente, siempre era un deseo y una expectativa en Francia. De este modo, esta brecha política y de seguridad siguió existiendo entre los aliados de los dos lados del Océano Atlántico.
El tipo de confrontación con Rusia como sucesora de la Unión Soviética reveló en gran medida la brecha entre Europa y Estados Unidos. Desde el inicio de la disolución de la Unión Soviética, los estadounidenses buscaron contener a Rusia en sus fronteras, e incluso la aceptación de Rusia en la Asociación para la Paz (un programa de la OTAN) en la década de 1990 fue un intento de engañar a Rusia que quería convertirse en un socio europeo en “la casa común europea” bajo la estructura de “la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)”.
Pero la política occidental de Borís Yeltsin y la obediencia de su gobierno al Occidente, causaron que Vladímir Putin con políticas nacionalistas rusas llegara al poder. Además, Rusia, bajo el liderazgo de Putin, trató de fortalecer y consolidar los lazos de Rusia con las ex repúblicas soviéticas mediante la formación de organizaciones e instituciones regionales. En tal situación, los estadounidenses continuaron con la política de expandir la OTAN hacia el este en el marco de limitar a Rusia en sus fronteras e incluso buscaron unir a las ex repúblicas soviéticas al tratado de la OTAN.
Georgia y Ucrania eran dos países que querían unirse a la OTAN. La raíz principal de la crisis de Georgia en 2008 fue el intento de este país de unirse a la OTAN.
Estados Unidos y Europa tenían una visión diferente sobre cómo manejar la crisis en Georgia. El viaje que tuvo el expresidente francés, Nicolas Sarkozy, a Tiflis y Moscú y la política estratégica de Sarkozy y Angela Merkel, excanciller de Alemania, de posponer el tema de la incorporación de Georgia y Ucrania al tratado de la OTAN, demostraron que los europeos quieren respetar las consideraciones de Rusia en la zona de su influencia en el territorio de la antigua Unión Soviética y no buscan en absoluto tener tensión con este gran vecino suyo.
Durante la crisis de Crimea y la anexión de esta región a Rusia en 2014, aunque se impusieron muchas sanciones contra Rusia, estas sanciones no fueron hasta el punto de tener un impacto grave en las relaciones económicas y políticas entre Rusia y la Unión Europea, especialmente Alemania y Francia. Durante este período, los europeos firmaron varios acuerdos para ampliar la cooperación militar y de defensa conjunta con Rusia. Acuerdos que podrían ser una infraestructura para lograr la independencia de Europa en el tema de la seguridad.
Pero el ataque de Rusia a Ucrania en febrero del año pasado cambió fundamentalmente las ecuaciones políticas, de seguridad, económicas y energéticas de Occidente con Rusia.
Antes del ataque ruso, los europeos, especialmente Merkel, la excanciller de Alemania, creían que a través de ampliar la cooperación política, económica e incluso de seguridad con Rusia, deberían intentar cambiar el comportamiento y las políticas de este país. Pero después del ataque de Rusia a Ucrania, los europeos no tuvieron más remedio que seguir y acompañar a Estados Unidos para apoyar a Ucrania en la batalla con el Ejército ruso.
Ahora bien, es cierto que el secretario general de la OTAN es una figura política europea, pero sólo se encarga de gestionar la Secretaría y la organización administrativa de este tratado, y prácticamente el mando militar de la OTAN está en manos de Estados Unidos. Además, el gobierno estadounidense especifica el tamaño y la forma de la asistencia militar al gobierno ucraniano.
Incluso vimos que el gobierno alemán, que se suponía que reduciría su presupuesto militar al 2% en un período de 10 años, lo aumentó por 100 mil millones de euros tras el ataque de Rusia a Ucrania.
Esto era contrario a las políticas de los gobiernos occidentales hacia Alemania después del final de la Segunda Guerra Mundial que intentaban evitar que Alemania tuviera un ejército fuerte. Ahora, casi todos los miembros de la UE han aumentado su presupuesto militar, pero este aumento del presupuesto no conduce a la convergencia en la política exterior y de seguridad común. La situación tras el ataque de Rusia a Ucrania ha impuesto esta política de defensa a los gobiernos europeos. Después del ataque de Rusia a Ucrania, estos países enfrentaron un aumento en los precios de la energía, un aumento en el déficit presupuestario y una inflación sin precedentes en las últimas cuatro décadas. El discurso de Emmanuel Macron en esta situación sobre el intento de crear una estructura común de defensa y de seguridad sin el apoyo estadounidense no está en consonancia con los cambios en las ecuaciones políticas y de seguridad en Europa tras el ataque de Rusia a Ucrania, y Europa continúa viéndose bajo el paraguas de seguridad de la OTAN, bajo la influencia de Estados Unidos por muchos años más.
Dimensiones y objetivos de la Ley de Inteligencia Artificial del Parlamento Europeo
Consejo Estratégico en línea, texto argumentativo: Recientemente, el Parlamento Europeo ha aprobado la Ley de Inteligencia Artificial. Las disposiciones de esta ley fueron acordadas durante las negociaciones de los estados miembros de la UE en diciembre de 2023, y su texto final fue aprobado el 13 de marzo de 2024. Esta ley tiene por objeto proteger los derechos fundamentales, la democracia, el imperio de la ley y la sostenibilidad del medio ambiente contra la inteligencia artificial, y ha determinado obligaciones para eliminar sus posibles riesgos.
Reza Majidzadeh, investigador de economía política del desarrollo
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