Desde que George Kennan en un telegrama titulado “telegrama largo” planteó la cuestión de la contención de la Unión Soviética como objetivo principal de la política exterior de Estados Unidos al inicio de la Guerra Fría, esta estrategia siempre ha llamado la atención de los países occidentales, especialmente Estados Unidos, en relación con las potencias emergentes. Si consideramos la prohibición de TikTok en Occidente como parte del plan de contención de China, también deberíamos buscar otra herramienta que complemente este objetivo. Es evidente que Occidente no se limitará a la prohibición del uso de una aplicación móvil para implementar esta política.
El ascenso de China y sus amenazas
El aumento del poder de un país en el sistema internacional y la ambigüedad en sus posibles objetivos preocupan a otros países. Cuáles serán las intenciones de China y qué exigirá Pekín después de ganar poder y prestigio incluyen una parte importante de las preocupaciones de Occidente. En relación a Estados Unidos, existe esta preocupación por Japón, que es aliado regional de este país y Europa, de este modo, ¿qué pasa con China que no tiene nada en común con Estados Unidos y es considerada una potencia poco confiable para la civilización occidental? Mientras tanto, las acciones de China son un ejemplo de “echar leñas al fuego”. Su crecimiento económico ha provocado que este país aumente gradualmente su participación en la economía mundial y se acerque al punto de una competencia cercana con los Estados Unidos. Además, hay acusaciones hechas por Occidente contra este país. Acusaciones como robo de propiedad intelectual, transferencia forzada de tecnología, otorgamiento de subsidios a empresas estatales y, lo más importante, la Iniciativa de la Franja y la Ruta de este país que aumentará la influencia de Pekín en la economía y el comercio mundial.
El liderazgo de China en algunas tecnologías estratégicas como la inteligencia artificial, tecnologías de comunicación como 5G y computación cuántica también será una gran advertencia para Estados Unidos y sus aliados. Junto a los casos económicos, la afirmación de que China no respeta los valores institucionalizados en el orden internacional, preocupa a Occidente por el surgimiento de un poder diferente a “nosotros”. Finalmente, las cuestiones militares y de seguridad, especialmente en Asia-Pacífico, son el punto máximo de divergencia en las relaciones entre las dos partes. Las acciones de China en el mar del Sur de China, junto con sus operaciones de espionaje y cibernéticas, han facilitado en gran medida para que Occidente conozca las posibles intenciones de China. Definitivamente el surgimiento de este país será un gran desafío para Occidente.
Contener al dragón
En cuanto a las acciones de Estados Unidos y sus aliados contra China con la intención de contener a este país, definitivamente se necesitan más explicaciones. Occidente, especialmente Washington, se enfrenta a una variedad de teorías que pueden ser efectivas para moldear la política exterior de este país. Lo de que se debe contener a China y que se debe evitar el dominio de este país sobre la región de Asia-Pacífico y su influencia sobre otras regiones estratégicas del mundo son parte de estos conceptos. Los pensamientos que influyen en la política exterior de Estados Unidos explican que ganar el dominio en una región puede ser un desafío. Washington sabe que las políticas que adoptaron presidentes como McKinley y Theodore Roosevelt a fines del siglo XIX y principios del siglo XX y que establecieron la influencia y el dominio de Estados Unidos en el continente americano no se deben repetir en el caso de China y el Indo-Pacífico. Además, factores como el dominio económico y militar, la influencia política, el liderazgo tecnológico, el control sobre los recursos y el poder blando, que pueden ser la base para obtener el dominio y la posición hegemónica de un gobierno, no deberían estar disponibles para China.
La contención de China se puede dar precisamente en los sectores que más preocupan. Se crearán restricciones en los sectores donde Pekín amenaza y desafía. En el sector económico, Occidente tendrá la capacidad de sancionar y fijar aranceles a los productos chinos. Aunque estos casos serán costosos para Occidente, el desafío contra el orden deseado de Occidente será mucho más peligroso y costoso. Occidente puede limitar la inversión de China en algunas industrias, debilitar la ventaja de precio competitivo de los productos de este país mediante la imposición de fuertes aranceles y utilizar su influencia entre las instituciones financieras para limitar el crédito de China. Como Estados Unidos impuso aranceles por valor de $ 250 mil millones a productos chinos en 2018, con base en las leyes antidumping, Europa también impuso aranceles a la importación de productos de acero, paneles solares y piezas electrónicas fabricadas en China.
China también puede verse presionada por Occidente en la dimensión diplomática e internacional. Un enfoque crítico hacia este país utilizando razones como la censura, la violación de los derechos humanos y los derechos de las minorías, son cosas que Occidente puede usar para presionar a China para que cambie su comportamiento. Además, distorsionar la imagen de este país ante la opinión pública y a nivel mundial, como lo que pasó sobre el origen de la Covid, así como debilitar al gobierno y presentar modelos alternativos son otros ejemplos de estos casos.
En términos de tecnología y competencia tecnológica, el progreso significativo de China en tres sectores de tecnologías de comunicación como 5G, computación cuántica e inteligencia artificial, será una advertencia para Occidente porque pondrán en peligro su seguridad. Occidente, especialmente Estados Unidos, debería intentar aumentar sus gastos en educación e investigación y establecer su superioridad sobre China.
En el sector militar y de disuasión contra China, la formación de coaliciones y alianzas será el medio más efectivo para contener a este país. Como se mencionó, en general, las medidas de equilibrio se utilizarán contra un poder en ascenso que domina una región. Para evitar que China domine Asia-Pacífico, la presencia militar de Estados Unidos, el aumento de las patrullas navales y operaciones de libertad de navegación en el mar del Sur de China que se llevan a cabo de acuerdo con el derecho internacional y dentro de las 12 millas de los territorios reclamados por China, y que de hecho desafían las afirmaciones de China, y además, los Ejercicios RIMPAC con la presencia de países de Asia-Pacífico son otra manifestación de la disuasión militar contra Pekín. A estos se suman diversas alianzas y acuerdos militares y de seguridad en la región como AUKUS en 2021, QUAD en 2007, el acuerdo trilateral entre Japón, Australia e India y el acuerdo bilateral de seguridad de Estados Unidos con Japón y Taiwán que son ejemplos de la contención militar por parte de Occidente y sus aliados regionales en contra de China.
A pesar de todo, hay que decir que la contención, aunque en forma teórica, parece ser algo que se puede planificar e implementar, pero puede imponer costos más altos, como conflictos generalizados, inestabilidad y acciones duras sobre el sistema regional e internacional.


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